24/10/11
La promesa del corredor bioceánico crea expectativas
Simulación de lo que será el corredor bioceánico. Foto: Télam MENDOZA.- Desde hace un par de meses, lo primero que ven los viajeros que aterrizan en el aeropuerto de Mendoza es una gran urna con una maqueta del Corredor Bioceánico Aconcagua, el ya legendario túnel ferroviario que uniría Chile con la Argentina a través de la cordillera de los Andes y multiplicaría por tres, por cinco y hasta por diez el comercio exterior del Mercosur. El proyecto, que tiene ya una década de historia, fue declarado de interés nacional por ambos países en 2008, y han sido numerosos los anuncios y borradores que quedaron después en el olvido. Sin embargo, la muy publicitada entrega del proyecto final a la presidenta Cristina Kirchner, el pasado julio, por parte del presidente de Corporación América (impulsora de la iniciativa), Eduardo Eurnekian, pareció anunciar un punto de inflexión en la historia de esta faraónica inversión de US$ 3000 millones. Pero salvo la maqueta, todo lo relativo al canal de Panamá del S ur sigue en promesas. El corredor, de 52 kilómetros, albergaría un ferrocarril eléctrico con alta capacidad de carga que comunicaría las localidades de Punta de Vacas (Mendoza) con Río Blanco (Chile). En su origen está ofrecer una solución alternativa al paso Cristo Redentor, por el que se desplaza el 70% del tráfico rodado entre ambos países, y que junto a su saturación suma el hecho de que debe cerrarse 50 días al año como promedio por lluvias y fuertes nevadas. De hacerse, el corredor ofrecería significativos ahorros en costos, tiempo e impacto ambiental, además de multiplicar el comercio del Mercosur. El consorcio privado que impulsa el proyecto, cuya inauguración está prevista para 2022, está formado por Corporación América, Empresas Navieras SA, Mitsubishi Corporation, Geodata y Contreras Hermanos. Existen señales que parecen reflejar una mayor confianza empresarial y política en que, esta vez, el corredor bioceánico va en serio. "Nunca se concreta, pero cada vez está más cerca", responde Marcos Abihaggle, gerente general de ProMendoza, que constata "cierto movimiento privado, pero sobre todo fuerte apoyo público" al proyecto ferroviario. Al menos dos de los tres principales candidatos a la gobernación de Mendoza apoyan la obra. El aspirante oficialista, Paco Pérez, declaró hace unas semanas que "en los próximos 100 años, sin lugar a duda, el intercambio comercial mundial va a ser a través del Pacífico". A nadie escapa que el movimiento económico generado por la apertura del túnel en Mendoza sería enorme: finalizada la última de las tres fases del proyecto, el volumen de comercio internacional pasaría de los 7 millones de toneladas actuales a 77 millones (en 2032 serían 40 millones). El anuncio hace unas semanas de la cementera Loma Negra acerca de la construcción de una nueva planta de producción en Mendoza, con inversión de US$ 250 millones, fue interpretado en algunos círculos como una voluntad de afianzarse en un territorio que podría explotar económicamente a mediano plazo. El embajador de Austria, que visitó Mendoza hace unos días, confirmó la apertura de un consulado en la provincia y añadió que una empresa de su país "trabajará en la supervisión geológica del túnel del corredor bioceánico". Los procesos administrativos siguen desarrollándose con lentitud. El ministro de Infraestructura de Mendoza, Mariano Pombo, miembro del Ente Binacional Ferrocarril Transandino, confirma a LA NACION que no hay todavía fecha fija para la apertura del proceso de licitación internacional conjunta, pero ratifica la "esperanza y entusiasmo" que despierta el corredor a ambos lados de los Andes. Un destacado político nacional expresa su optimismo de otro modo: "A Eurnekian sólo le motivan las cosas grandes. Si se ha metido, es que va en serio". (La Nación)