18/06/19
La estación de trenes que resiste el paso del tiempo
La Chimbera es un pueblo cuya historia está vinculada al trabajo agrícola, en un sector del departamento 25 de Mayo. Una de sus calles está trazada perpendicular a lo que antiguamente fue un barrio construido para empleados ferroviarios. Y, como si fuera un faro en medio de ese territorio, se yergue un edificio de estilo inglés, construido a principios del siglo XX, probablemente en 1930. Sus paredes tienen un color amarillento. En algunos lugares se nota que le dieron a través de los años, varias capas del mismo color. El edificio es de estructura sólida, con columnas anchas de unos 80 centímetros, con habitaciones amplias revestidas en puertas y ventanas con maderas antiquísimas. Conserva vestigios de lo que alguna vez fue una edificación emblemática para el pueblo. Se trata de la exestación de trenes del "Ferrocarril Belgrano'', que pese a los años de inactividad ferroviaria es un mudo testigo del paso del tiempo. Todavía está el cartel con el nombre de la estación. Se llamaba "José Martí''. La parada ferroviaria fomentó a que este pueblo creciera, como tantos otras comunidades en el país que se fundaron a partir del paso del tren. El tránsito de mercadería de todo tipo hacía que el lugar estuviera comunicado con la capital sanjuanina y con el resto del país, por medio de las vías férreas. Pero, además, transportaba pasajeros, lo que cobraba mayor relevancia aún entre los pobladores de la zona que estaban comunicados y se podían trasladar a precios accesibles.
Las vías de trocha angosta -tradicional en el Ferrocarril Belgrano -, por donde corrían los trenes, hoy, se puede ver algún caballo pastando a un costado o bien perros jugando en medio de las vías, y arbustos cuyas ramas, en algunos casos, intentan darle sombra al antiguo ramal, que alguna vez se usaron para transportar riquezas y personas llenas de expectativas laborales y con sueños en sus bolsillos vacíos de dinero. Pasaron muchos años de abandono y letargo. Ya dejó de cumplir su función hace por lo menos cuatro décadas. Sin embargo, dentro de sus paredes y techos altos, se brinda un servicio municipal gratuito. Se trata de una guardería para bebés y niños, en su mayoría, hijos de trabajadores rurales. El cuidado de los pequeños está a cargo de jóvenes maestras y auxiliares que les brindan amor, contención, juegos y calor de hogar a los chicos que esperan reencontrarse con sus padres por las tardes, luego de finalizar sus tareas en los diferimientos que hay en el campo. Probablemente, los niños, docentes y auxiliares necesiten un edificio más amplio y moderno para cumplir la gran misión de cuidar a ese semillero del pueblo. Mientras este sueño se instala, la exestación volvió a cobrar vida. Pero de una manera diferente, con hijos de hombres y mujeres cuyos abuelos y bisabuelos fueron pioneros en llegar a La Chimbera, envueltos en ilusiones de trabajo y de construir una vida mejor. Quizás este edificio de la exestación 'José Martí'', merezca otro destino. Sería justo que sea considerado patrimonio cultural de la provincia, en honor a los trabajadores y emprendedores que apostaron por el desarrollo de la provincia y ser considerado en una potencial "Ruta Cultural'' del departamento 25 de Mayo. (Diario Cuyo)