21/09/18
Mudanzas de empresas y cierres de negocios, la otra cara de las obras del ferrocarril San Martín
El proyecto, de $ 3900 millones, es uno de los más ambiciosos de la ciudad. Firmas logísticas, de retail y discotecas deberán bajar sus persianas antes de fin de año
La construcción del viaducto ferroviario de la línea San Martín es una de las obras más ambiciosas que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene en mente. Con una inversión de, aproximadamente, $ 3900 millones, el proyecto prevé eliminar 11 barreras y abrir nueve calles, en un tramo de más de 5 kilómetros que involucra a los barrios de Palermo, Villa Crespo y La Paternal. Sin embargo, más allá de las luces del anuncio, para algunas empresas y comercios de la zona, este plan representa, más bien, una sombra. Varias firmas que tienen contratos de alquiler en terrenos del Estado no podrán renovar la concesión con la Agencia Administradora de Bienes del Estado (AABE) debido a esta obra y deberán buscar un nuevo hogar antes de fin de año.
Uno de los primeros negocios en sentir el impacto directo del proyecto fue la discoteca Rosebar, que, hasta mayo de este año, funcionó sobre la calle Honduras, a escasos metros de las vías del tren. El local bailable, que tomó notoriedad por las frecuentes visitas de celebridades -una de ellas, el asesinado fiscal Alberto Nisman-, comunicó, por medio de un mensaje privado a sus seguidores de Facebook, el motivo de su traslado a Costa Salguero.
"Se terminó el contrato y quedamos sujetos al levantamiento del San Martín. Todo lo que está sobre Juan B. Justo va a volar, hay un proyecto de construir un espacio verde justamente donde estaba Rosebar", afirmaron desde la administración.
Metalúrgicas, proveedores de insumos para la industria de la construcción, depósitos y firmas dedicadas al transporte son algunas de las que integran este cordón y que se verán afectadas por la renovación ferroviaria. "Todos los que tenían contrato cerca de la línea sabían que esto era provisorio y que esto pasaría apenas comenzaran las obras. Se sabe desde hace tiempo", afirmaron escuetamente, desde una de las empresas implicadas, ante la consulta de El Cronista.
Si bien cuenta con dos sucursales más en la Ciudad de Buenos Aires, la fabricante de productos derivados de madera La Viruta tendrá que dejar su casa central, emplazada sobre la avenida Juan B. Justo. "Nos vamos a ir antes de fin de año", confirmaron desde la compañía.
Aunque este local continúa en funcionamiento, la empresa está alquilando dos propiedades (en Villa Urquiza y Parque Patricios) para comenzar a operar desde ahí el taller y la atención al cliente.
Lo mismo sucede con una empresa que presta servicios de transporte de carga, emplazada cerca de la estación Paternal. "Nosotros tenemos sólo 60 metros cuadrados de galpones. El resto es todo asentamiento. Si nos llegamos a ir de acá, esta zona la copan toda", señala uno de los cinco empleados que se desempeñan en la firma.
Se espera que el puente de la Reconquista (el de Juan B. Justo y Córdoba) cierre definitivamente, recién, a comienzos de octubre para darle inicio a la obra. Una metalúrgica que debió desalojar su propiedad sobre avenida Córdoba encontró lugar a pocos metros. Pero ya tiene un nuevo motivo para preocuparse. "Trabajamos mucho con autos y dependemos del flujo. El volumen de trabajo bajó muchísimo y ahora lo vamos a ver más complicado aún", destacó Nicolás Martínez, uno de los encargados del negocio.
Los antiguos dueños del local perdieron la concesión por el proyecto del viaducto y, ante la imposibilidad de pagarles a sus empleados, les cedieron las maquinarias al personal para que continúen operando. (Apertura)