06/07/18
Proyectan el tendido de un Ferrocarril en península de Valdés
El Poder Ejecutivo Nacional aprueba el proyecto del tendido de una línea férrea desde Puerto Pirámide hasta Salinas Grandes y, mediante la Ley 3898, otorga “la concesión y explotación del Ferrocarril a Francisco Piaggio, que a su vez transfiere a la sociedad Ferro y Piaggio con el nombre de Ferrocarril de la Península de Valdés” (Teresita Fernández, Marcelo Gavirati y Nelcis Jones. Revista Todo es Historia N°449).
El fundamento del proyecto se sustentaba en la explotación de la sal, cuya extracción había comenzado en 1896 con el precario emprendimiento desarrollado por Antonio Munno. Éste, extraía el mineral en bruto y lo embarcaba embolsado en el puerto San José para remitirlo hacia Buenos Aires. “En ese puerto los señores Peirano habían establecido un negocio de ramos generales; también tenían barcos de cabotaje que transportaban la sal extraída a Bahía Blanca, Buenos Aires y Montevideo”.
Munno se asoció con Ferro y Piaggio, cuyos barcos de madera hacían un servicio de cabotaje por el litoral patagónico. Así comenzó la utilización de Puerto Pirámide para cargar el mineral embolsado en las bodegas.
El negocio pareció estar destinado a la prosperidad, entonces, se proyectó un salto de infraestructura para mejorar su rendimiento. “Los socios decidieron, de común acuerdo, la construcción de una línea férrea de trocha angosta –tipo Decauville- (…) para cubrir una distancia de 34 kilómetros”.
“Una vez desarrollado y decidido el transporte desde las salinas y el embarcadero, se incorporó la más nueva tecnología a la explotación, rapidez y eficiencia de la tarea, que permitieron extraer en los años 1901, 1902 y 1903, la cantidad de 12.000 toneladas anuales. Este emprendimiento dio lugar a la formación de un importante núcleo de población como fue, a partir de 1900, Puerto Pirámide, en las costas del Golfo Nuevo”.
No obstante, el auspicioso proyecto tuvo su momento crítico y hacia “1920 la industria entró en liquidación. Al no poder soportar los efectos de la Primera Guerra Mundial y la situación general del país, la empresa quedó en manos de sus acreedores, la Salinera Argentina S.A. que no hizo inversión alguna en el tendido ferroviario ni en actividades que reactivaran la explotación de la sal. Dicha situación llevó a terminar con la empresa en un remate postulando los bienes al mejor postor. Un triste final para una empresa pionera” (op.cit.). (D del Fin del Mundo)