02/07/18
La odisea de los trenes de carga: los atacan con piedras y bombas de pintura para saquearlos
Periodismo para todos fue testigo de las agresiones a las formaciones en sus recorridos por Tucumán, Santa Fe y Rosario. El peligro al que se exponen los motorman.
En los últimos años se incrementó la frecuencia y la cantidad de material transportado en los trenes del Belgrano Cargas. Pero las formaciones, que atraviesan barrios de emergencia, viven una odisea para llegar a destino: son atacadas y robadas. Periodismo para todos viajó en tres recorridos diferentes, por Tucumán, Santa Fe capital y Rosario, donde los vagones son un blanco constante.
"Siempre sufrimos los robos desde los mismos lugares. Es un peligro, porque la gente te apedrea. Si parás, te roban con armas. Viajamos con la custodia pero a veces nos superan. Se para el tren y en un segundo te desvalijan el vagón como si nada", contó Luis Gómez, uno de los choferes, al equipo encabezado por Gastón Cavanagh. La custodia que viaja es muy numerosa, pero aún así muchas veces no alcanza.
A los trenes les cruzan ramas de árboles para obligarlos a frenar.
Una cámara de PPT captó el momento en el que en una vía del recorrido de Tucumán, los vecinos de un barrio pusieron ramas de un árbol para que el vagón frenara. Esta es la manera que tienen para parar a los trenes y desvalijarlos. Los choferes llevan azúcar, porotos maíz, cemento, soja, entre otras cargas. "Se detiene el tren y en un segundo te sacan todo como si nada", comentó Gómez.
Una "bomba de pintura" lanzada a la locomotora de una formación para que se detenga.
A medida que el tren avanzaba, PPT fue testigo de los ataques: piedras, troncos en las vías, ladrillazos y hasta bombas de pintura. Todo vale para intentar frenar la formación y saquearlos. "Se están pasando del límite razonable", agregó.
Además de Tucumán, en Santa Fe también pasa lo mismo. Santa Fe Capital y Rosario son dos puntos conflictivos. "Ves lo que pasa y te agarra mucha impotencia. Sufrí tres saqueos y muchos descarrilamientos por lo que te tiran por ahí", contó Jorge Barría, uno de los conductores. Para que no los agredan deben viajar de noche, un horario inusual para llevar material.
Un tren saqueado en San Luis.
Los robos también revelan otro drama: la carencia habitacional. La mayoría de las vías están emplazadas en barrios pobres de las provincias. Incluso, algunas formaciones deben circular a baja velocidad porque las casas están muy pegadas, lo que provoca el riesgo a ser robados, como ocurre en Rosario. Cuando hay algún "tapón", la máquina no puede reaccionar y es ahí donde se produce el saqueo.
El sacerdote Matías Camussi, del barrio Santa Rosa de Lima, comentó que en ese lugar el principal problema que hay es la falta de trabajo y la ausencia de viviendas. "Las personas construyen donde encuentran lugar. Los terrenos del ferrocarril han sido la solución para la gente donde no sabía donde vivir. Algunas veces pasó que la gente pone cosas en las vías para que descarrile el vagón. Muchos aprovechan para hacer un peso con lo que saca", cerró. (TN)