21/09/17
El ramal Temperley – Haedo, la “línea H del Conurbano”
El ramal Temperley - Haedo de la línea Roca es el único transversal de la red metropolitana de ferrocarriles. Combina con los principales ramales del Roca, el Belgrano Sur y el Sarmiento y conecta las zonas sur y oeste. Actualidad y futuro de un potencial desaprovechado.
Tiempo atrás, en una expresión mitad broma mitad en serio, alguien bautizó al ramal Temperley – Haedo de la línea Roca como “la línea H del Conurbano”.
Aunque su utilidad y demanda hoy estén muy lejos de la más nueva de las líneas del Subte,la expresión vale porque sintetiza varias particularidades de ese ramal: es una línea periférica y de tipo transversal, la única de su tipo en una red que al igual que la del Subte, se caracteriza por ser radial. No sólo eso: a diferencia de otras líneas, que no suelen intersecar entre sí, este ramal provee combinaciones con varias líneas ferroviarias: el Roca, el Belgrano Sur (dos de sus tres ramales), el Sarmiento y, si se considera al ramal Haedo – Caseros -su prolongación natural hacia el norte-, también el San Martín.
Hasta la década del 90, incluso, circulaban por este ramal servicios directos desde Haedo a La Plata, brindados con cochemotores Fiat. En aquel entonces los trenes, que eran semirrápidos, demoraban poco más de 90 minutos en unir el oeste del Conurbano con la capital provincial. En la combinación con el Belgrano Sur (estaciones Agustín De Elía – Ingeniero Castello) sobrevive, de hecho, un cartel que indica conexiones con esos destinos.
Vale aclarar, el ramal nunca fue considerado para electrificación. Ni siquiera en el proyecto original japonés para el Roca, elaborado en la década del 70, que sí contemplaba la electrificación del tramo Temperley – Villa Elisa.
Un potencial desaprovechado
Cabe preguntarse, entonces, el por qué de que pese a tan favorables condiciones de infraestructura, el Temperley – Haedo sea hoy poco más que una línea fantasma, expresión apenas de una potencialidad.
Por ella circulan servicios diésel de pasajeros con baja frecuencia. En el último diagrama, vigente desde abril pasado, corren apenas 18 servicios diarios (nueve por sentido), con una frecuencia aproximada de una hora y 15 minutos entre trenes. La escasa oferta termina siendo uno de los factores que disuade a los usuarios de utilizar el servicio.
Precario aspecto del apeadero Hospital Español.
Las formaciones que corren por el ramal están conformadas típicamente por una locomotora GM – EMD y tres coches Materfer, uno de los cuales cuenta siempre con furgón. Hasta hace algunos años atrás los trenes contaban con dos coches de pasajeros y un furgón completo similar a los empleados para el tren cartonero de la línea San Martín.
Las condiciones del viaje no son las mejores: atendiendo a la complejidad de algunos sectores atravesados y a frecuentes arrebatos, cada formación cuenta con una dotación de tres o cuatro agentes de policía. Además, los trenes suelen sufrir apedreos en algunas zonas determinadas.
La mayoría de las estaciones no son más que apeaderos desprovistos de todo tipo de elementos. Algunas de ellas no son más que un terraplén sin pavimentar y un pequeño techo. No todas tienen asientos y casi ninguna tiene boletería. Según el Informe Estadístico 2016 de la línea Roca, elaborado por la CNRT, sólo se venden pasajes en las estaciones Temperley, San Justo (“en forma intermitente”) y Haedo. Los controles de evasión son nulos. La señalética e información al usuario es prácticamente inexistente, así como la seguridad. Todo esto también tiene su impacto en la demanda.
Las condiciones de la traza
Se pueden distinguir cuatro tramos principales. De Temperley a poco más allá del apeadero Juan XXIII la línea cruza, con escasas excepciones, zonas poco pobladas: atraviesa la Reserva Natural Santa Catalina y luego grandes descampados. A escasos kilómetros de Juan XXIII comienza el sector más problemático, que se extiende hasta el cruce del Río Matanza Riachuelo: la traza atraviesa una zona densamente poblada de barrios precarios, muchos de ellos asentados a la vera misma del ferrocarril. Algunas viviendas, inclusive, han ido socavando parte del terraplén, por lo que la vía se encuentra precaucionada en ese sector, en el que se encuentran las estaciones Kilómetro 34 e Intendente Pedro P. Turner.
Los cortes de vías suelen ser habituales, lo que impacta en la regularidad de los servicios.
El tercer tramo se extiende desde el cruce del Riachuelo hasta la Autopista Ricchieri: es una zona de descampados y prácticamente nula población en los alrededores, donde la única edificación de importancia es el Mercado Central (ver foto principal). A poco de cruzar la Ricchieri hay un nudo ferroviario de importancia: está la combinación con los ramales Alsina – Bonzi y Buenos Aires – González Catán del Belgrano Sur (este último cruza en distinto nivel) y pocos metros más adelante, el cruce a nivel (90°) con el ramal a Marinos del Crucero General Belgrano del Belgrano Sur. La traza del Roca continúa por la parte trasera de los talleres de Tapiales y se interna en el cuarto sector: una zona densamente poblada de zonas residenciales consolidadas que, con excepción de algunas fábricas y del predio de la Universidad Nacional de La Matanza, es la norma hasta Haedo.
Cerramiento perimetral colocado en la zona de Ingeniero Brian (Foto: ADIF).
El estado de las vías es en general aceptablepara el poco tráfico ferroviario que recibe el ramal, aunque hay tramos que exigen una urgente renovación. Buena parte de los rieles data de las décadas del 50 y 60 del siglo pasado y son de origen soviético: tienen inscripciones en homenaje a Stalin, al igual que los recientemente retirados rieles de la línea E.
Recientemente Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF) ha tomado la decisión de encarar una obra tan sencilla como importante: la construcción un cerramiento perimetral a lo largo de todo el ramal con el objetivo de preservar la traza y evitar intrusiones y accidentes. El tipo de cerramiento colocado varía según el entorno: en algunos casos son rejas metálicas y en otros contenciones de hormigón coronadas por rejas.
El ramal no sólo es utilizado por trenes de pasajeros, sino también por convoyes de carga (regularmente, por ejemplo, pasa el “carbonero” que une Mendoza con La Plata) y por traslados de material rodante y tractivo entre las líneas de trocha ancha. Adicionalmente, cuenta con accesos directos al Mercado Central: en 2014 este acceso fue reactivado con la llegada de trenes cargados con manzanas del Alto Valle del Río Negro y al año siguiente llegaron de la misma forma trenes con botellas de tomate triturado desde Mendoza.
El futuro del Temperley – Haedo
El Plan Quinquenal de Ferrocarriles Argentinos, publicado hacia fines de 2015, contenía varios proyectos de relevancia para aprovechar el potencial del ramal Temperley – Haedo.
El objetivo más modesto era reducir en 22 minutos el tiempo de viaje entre cabeceras para 2020, en buena parte gracias a obras en ocho pasos a nivel, uno de los puntos débiles del ramal: se planeaba la instalación de barreras automáticasreemplazando a las manuales y la construcción de tres cruces a distinto nivel (en la estación Pedro P. Turner, en la Ribera Sur y en la Ruta 3).
Sobre este ramal, el Plan Quinquenal proponía, además de mantener y mejorar el servicio existente, la restauración de los servicios La Plata – Haedo desaparecidos con la concesión y la incorporación de trenes La Plata – Haedo – Luján. Ninguno de estos dos pasaría por Temperley, sino se harían vía José Mármol.
Otra iniciativa vinculada era la duplicación de vía del Haedo – Caseros (7 km), continuación de este ramal hacia el norte, contemplándose en un futuro la construcción de un cruce a distinto nivel sobre el ferrocarril Sarmiento.
Sin embargo, la actual administración ha cancelado ese plan, aunque selectivamente continúa con algunas obras allí previstas. La iniciativa estrella del gobierno en el transporte, la Red Expresa Regional (RER) no contempla oficialmente al Temperley – Haedo. Sin embargo, pudo saber este medio, la idea de incorporar esta línea al esquema en un eventual futuro no está totalmente descartada. De la misma manera, Transporte analiza la posibilidad de que en un futuro indeterminado se electrifique el ramal de Temperley a Caseros, duplicación de vía incluida entre Haedo y esta última. Aunque, claro está, estas mejoras están consideradas en un nivel bastante menos prioritario que el túnel central bajo la Nueve de Julio. (enelsubte)