05/06/17
Soterramiento del Sarmiento: en Ramos Mejía aún no definen dónde pondrán el obrador
Una propuesta de la constructora fue rechazada por la Intendencia de La Matanza y otra por los comerciantes.
El soterramiento del ferrocarril Sarmiento aparece envuelto en otro embrollo (además del caso Odebrecht, una de las empresas a cargo de la obra). La constructora, el Municipio de La Matanza y el Ministerio de Transporte de la Nación buscan ponerse de acuerdo sobre dónde instalar el obrador para hacer la estación de Ramos Mejía a 21 metros bajo tierra.
Habían acordado ubicarlo en Scalabrini de Ortiz al 2400 pero los comerciantes juntaron 60 firmas para oponerse. Ahora, con cierto apuro por parte de la empresa, evalúan alternativas que incluyen desde la avenida Rivadavia a otra calle del lado Norte.
El primer movimiento a la altura de Ramos fue en diciembre del año pasado, cuando arrancaron los trabajos iniciales: cerraron poco más de un carril de Rivadavia para avanzar con el secado de napas.
Hasta allí hubo acuerdo y la Comuna prohibió estacionar sobre el carril izquierdo de la avenida para recuperar el que se había perdido.
Pero en marzo arrancaron los problemas. A la hora de la instalación del obrador para hacer la estación subterránea, la empresa, con el aval de Nación, pidió colocarlo en la plaza Sarmiento, que estaba en medio de una remodelación.
El Municipio –que venía con la reconstrucción de la plaza demorada– se lo negó y fue entonces que todas las partesacordaron colocarlo en Scalabrini Ortiz al 2400, donde prácticamente no hay viviendas sino todos comercios.
Hay varios inconvenientes con el obrador. Por un lado la cantidad de tiempo que estará instalado: según calculan, serán por lo menos cuatro años. Pero además necesita una rampa de 270 metros de largo por donde cada día saldrán hasta 100 camiones cargados de tierra.
“Juntamos 60 firmas para oponernos, y teníamos el apoyo del centro comercial del lado norte. Esto nos iba a fundir porque significaba interrumpir el tránsito de vehículos durante cinco años”, explica uno de los comerciantes que asegura que los otros dueños de locales se enteraron del obrador por una nota de Clarín.
Tras la firma de un petitorio se reunieron con funcionarios municipales. En la Comuna escucharon el reclamo y le explicaron a la empresa que tampoco podrían ponerlo en ese lugar. Pero además, aún en medio de las negociaciones el Municipio terminó al fin la remodelación y en los últimos días inauguró la plaza Sarmiento.
Allí empezaron más idas y vueltas sobre dónde colocar el obrador, con el apuro de la constructora porque la tuneladora que ya salió de Haedo –y cavará a lo largo de 16,7 kilómetros hasta Caballito– debe pasar por Ramos Mejía ya con el hueco de la estación realizado.
“La empresa acercó otra propuesta en la que ocupaba la calle Alvarez Jonte y tomaba parte de la plaza, pero le insistimos en que no podían”, explica Mariano Ríos Ordoñez, vicejefe de Gabinete de La Matanza.
“Tenemos que buscar una solución que afecte lo menos posible a los vecinos y a los comerciantes, por eso le llevamos la idea de instalarlo en Rivadavia, que ya está cortada”, agrega el funcionario, que asegura que tienen buen diálogo tanto con la empresa como con Nación, después de los cruces por el Metrobús de la Ruta 3.
También hubo un planteo para armar un obrador dividido. Por un lado la sede administrativa y por otro la operativa. Y también se estudió un obrador móvil: estaría ocho meses en una calle y luego lo mudarían para que no afecte tanto a una parte de los comerciantes.
En el Gobierno también se mostraron conciliadores. “Se está consensuando con el Municipio la localizacion del obrador”, explican en el ministerio de Transporte de Nación, también lejos de las últimas peleas entre el titular del área, Guillermo Dietrich, y la intendenta Verónica Magario.
Además, afiman que “mientras tanto están avanzando en obras prelimunares de cateos, depresión de napas y ventilación”.
“Tras la última reunión quedamos en que nos iban a llamar cuando tengan una propuesta concreta”, señalan los comerciantes. Esta vez hay apuro y diálogo, por lo que pronto habría un acuerdo. (Clarín)