15/03/17
Hudson y Pereyra: las estaciones del Roca “sublevadas” para que el tren pare
No se adaptaron los andenes y vecinos bloquean las vías. Transporte dice que se instaló “un grupo intransigente”
Popular, ecológico, seguro, masivo, directo, el tren porta además una significación que trasciende su mera practicidad, sobre todo en aquellas localidades que nacieron y se consolidaron bajo su influencia. Para quienes viven allí, ver pasar de largo un convoy, después de una larga e ilusionada espera, es una cachetada inaceptable. Así lo manifiestan por estos días quienes protagonizan la protesta vecinal en Pereyra y Hudson, las paradas “rebeldes” del ferrocarril Roca.
Ambas estaciones son intermedias en el tramo de 19 kilómetros entre Berazategui y City Bell que el ministerio de Transporte nacional pretendió habilitar en su flamante modalidad eléctrica el sábado pasado, después de un arduo trabajo contrarreloj de ingenieros y operarios; pero a diferencia de Plátanos y Villa Elisa, sus andenes no fueron todavía equipados con estructuras provisorias o permanentes que permitan el acceso de los pasajeros a los nuevos coches chinos, más altos que los viejos vagones movidos por locomotoras diesel.
A pesar de que las obras fueron prometidas para el corto plazo, y que se aseguró la continuidad de los micros que emulan la prestación ferroviaria, los bloqueos iniciados el sábado pasado no se mueven de las vías. En la cartera de Transporte lo atribuyen a la irrupción de la política en el conflicto: “Hay un grupo de intransigentes en Hudson que tomó el lugar de los vecinos genuinos, con los que se había acordado una solución” aseguran; “y ahora está perjudicando a decenas de miles de usuarios”.
Lo cierto es que, con diferentes matices, tanto en la estación situada al pie de la Autopista como en la de Pereyra se desató una ola de reclamos y asambleas que por ahora sostienen a rajatabla un slogan: “si no para, no pasa”.
Con una población cercana a los 60 mil habitantes, Guillermo Enrique Hudson tiene una estación concurrida, la décima en ese aspecto en un ramal con veinte, incluyendo las cabeceras; las estadísticas oficiales marcan que durante 2015 se vendieron allí 427.057 boletos.
Por sus andenes pasan estudiantes, trabajadores que parten en las primeras horas de la mañana hacia la capital federal, Quilmes y Berazategui, y otros que llegan a trabajar en los numerosos barrios privados de la zona y los centros comerciales que les brindan servicios.
HISTORIA CENTENARIA
Llamada originariamente “Palo”, porque era apenas un terraplén con una bandera que se izaba o retiraba para indicar si había alguien esperando el tren, la estación Hudson nació en 1872 con el Ferrocarril Buenos Aires al Puerto de la Ensenada. Según recordó Raúl Alberto Leyes, de la asociación Orígenes Berazategui, se llamó Conchitas desde la construcción de su edificio actual, en 1888, hasta 1930. El pueblo tomó impulso a inicios del siglo XX, con la construcción de la Destilería Franco-Argentina, luego Maltería Hudson.
“Nuestras asambleas son de vecinos, usuarios genuinos que quieren al tren; siempre hay algún desubicado que quiere hacer lío por política, pero la mayoría no”, asegura José Tedesco, vecino del barrio La Porteña: “lo que pasa es que con esta obra, hasta ahora, nos discriminaron; incluso hicieron los andenes de Plátanos, que mueve menos pasajeros, y empezaron a hacer un apeadero para nosotros frente a la maltería Hudson, acá nomás, pero nunca lo terminaron. Además, nos dicen que hay micros cada 18 minutos y pasan cada cuarenta”.
ENTORNO RURAL
Con apenas medio centenar de habitantes dispersos, en un entorno de quintas y monte arbolado, Pereyra está a siete kilómetros y medio de Hudson, también entre los restos de lo que fueran las espléndidas tierras de los Pereyra Iraola.
La estación, creada a mediados de la década de 1870 para abastecer a la estancia “San Juan” y actualmente sólo un apeadero -no se venden boletos-, fue intermedia del ramal a Ensenada hasta que se fundó La Plata y se tendió un empalme a la nueva capital; el edificio data de 1888; en su playa de maniobras avanzan las usurpaciones, que cercan el histórico edificio, casi centenario, de la escuela María Teresa.
Es la comunidad educativa de esa institución, con una matrícula de 1.200 estudiantes de todos los niveles, la que padece la falta de trenes. Mientras funcionó el servicio, el 90 por ciento de los docentes y chicos -provenientes de familias de clase media de Villa Elisa, en menor medida de Hudson, e hijos becados de quinteros- llegó al lugar por las vías.
Ahora dependen de los colectivos sustitutos del Roca, que califican como poco confiables; “a veces vas a la estación de Villa Elisa a tomarlos y te dicen que se cancelaron, lo que implica para el alumno llegar a cualquier hora”, aclaran.
Además, temen que la llegada de las formaciones eléctricas, paren o no, genere serio peligro a los alumnos por la carencia de un puente peatonal: “son silenciosas y salen de una curva sin visibilidad, una combinación que nos pone los pelos de punta”.
GESTIONES Y POLÉMICA
Para el Ministerio de Transporte, las protestas iniciales fueron “genuinas”, pero luego, en Hudson, “se instaló un grupo intransigente”. Los portavoces aclararon que “tuvimos reuniones en las que explicamos a los usuarios el plan de obras, los plazos -que se estiman en sesenta días para los andenes definitivos-, y los esquemas reforzados de colectivos para suplir al tren en ese plazo, y accedieron a liberar el paso entendiendo que hay decenas de miles de personas que también tienen derecho a viajar”.
“Lidiamos con innumerables problemas por la imprevisión con que se inició todo, y llegamos a inaugurar tramos en tiempo récord” subrayaron en Transporte: “incluso la llegada del tren a La Plata está prevista para junio. Hay actitudes que no suman; ya se realizaron las denuncias correspondientes ante la Justicia por la interrupción intempestiva de un servicio público”.
Durante 2015, año en que se suspendió el servicio por las obras de electrificación, la estación La Plata vendió 1.943.627 boletos. Entre las de mayor demanda del distrito, la siguieron Villa Elisa (293.268 tickets); City Bell (188.961); Gonnet (85.624); Tolosa (45.129) y Ringuelet (20.564). (El Día)