27/09/16
Bienvenidos los trenes
Da cuenta La Capital, en nota del 23/9/2016 de que el tan meneado servicio ferroviario entre Buenos Aires y Rosario se reanudaría a pleno en pocos meses, habida cuenta de la terminación de la renovación de rieles...
Da cuenta La Capital, en nota del 23/9/2016 de que el tan meneado servicio ferroviario entre Buenos Aires y Rosario se reanudaría a pleno en pocos meses, habida cuenta de la terminación de la renovación de rieles que, según dicen, se está completando con la doble vía que siempre tuvo. Esto está muy bien y hace ya bastante tiempo que debió haberse concluido. Lo que no está tan bien (aunque es mucho mejor que lo que tuvimos hasta ahora, desde 1993) es que el tiempo que demorarían los convoyes sería de cuatro horas y media. He conocido muy bien ese servicio desde los años setenta, cuando llegaron a circular hasta 12 servicios diarios a esa ciudad. Había variaciones en los horarios pero los rápidos, que paraban sólo en San Nicolás, casi hasta la supresión de los trenes de pasajeros en el 93, llegaban en menos de cuatro horas. Más aún, tengo ante mí un viejo libro de horarios ferroviarios de la empresa Villalonga de 1939 (copia del cual puedo enviar a quien lo desee), en el cual se leen varios servicios, tanto del Ferrocarril Central Argentino (hoy Mitre) como de los Ferrocarriles del Estado (hoy Belgrano) que hacían el recorrido empleando entre tres horas y media y cuatro horas quince. Conclusión: está bien que saludemos los trenes modernos (comprados a China) que emplearán cuatro horas y media pero no creamos que estamos dando un salto gigantesco a la modernidad. Paradójicamente eso sería si volviéramos a los servicios que hubo entre 1939 y 1970. Entonces, pongamos las cosas en su lugar. Que vuelvan los trenes, estos que se anuncian. Basta con los "trenes de cartón" que tuvimos desde el 93 a la fecha. Pero tengamos en cuenta, tanto los viajeros como los funcionarios involucrados, que falta muchísimo por recuperar para volver a lo que teníamos hasta hace 25 años y que descorchemos champán en ese momento y no antes. (La Capital)