29/07/16
El tren pediátrico ALMA, cerca de desaparecer
Aunque el Estado donó cuatro vagones, todavía no pudieron ser acondicionados
Un tren hospital pediátrico que desde hace 36 años recorre localidades olvidadas, en riesgo social, del norte del país no logra volver a las vías. Desde la Fundación ALMA afirman que este servicio está a punto de desaparecer.
El año pasado, un descarrilamiento de la formación que lo conducía de regreso a Buenos Aires y dos incendios en el taller de reparaciones del Belgrano Cargas inutilizaron el tren ALMA. Se necesitó una carta a la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado y altas dosis de perseverancia por despachos oficiales para que la fundación recibiera en comodato cuatro coches en desuso.
Los coches aún permanecen en los talleres ferroviarios de Tafí Viejo. La fundación aguarda una autorización oficial para iniciar las tareas de acondicionamiento y convertirlos en un hospital rodante. "Llevar salud en tren equivale a llegar a poblaciones alejadas de centros urbanos, asociadas a viejas estaciones ferroviarias, y a sus comunidades rurales aledañas. A bordo del tren hospital, el equipo de voluntarios desarrolla una labor más ordenada y sistemática, además de contar con el instrumental y los insumos necesarios", informaron ayer desde la Fundación ALMA.
El acondicionamiento de los coches necesita del personal ferroviario para trabajar en las conexiones eléctricas, la instalación de tanques de agua, sanitarios y cañerías. La autorización para iniciar las obras depende del Ministerio de Transporte. "Estamos en diálogo con la fundación y queremos dar una solución integral porque es un tema que trasciende a Transporte", informaron ayer desde el ministerio de Guillermo Dietrich. "Se firmó un convenio que no resolvía las cuestiones de fondo, como el equipamiento de salud. Por eso, vamos a articularlo con Desarrollo Social, que cumple una función muy similar", dijeron esas fuentes oficiales.
En estos 36 años se hicieron 205 viajes a Jujuy, Salta, Tucumán, Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja. Se atendieron más de 90.000 chicos, que también aprendieron a lavarse las manos, cepillarse los dientes, alimentarse, prevenir infecciones y evitar la violencia. Padres, docentes y agentes sanitarios también participaron de esas clases.
"Para la población que recibe este servicio gratuito, el tren significa acceder a una atención más integral, que de otra manera no se puede implementar -afirman las autoridades de la entidad-. Por el momento, la Fundación ALMA no puede garantizar a las comunidades el retorno de su tren hospital."
El año pasado, en octubre comenzaron los viajes sin el tren. La logística y el traslado de los equipos duplicaron los esfuerzos y algo más los gastos, que se enfrentan con donaciones. Del Estado sólo dependerá la tracción del tren hasta destino. En los tres últimos viajes, 1250 chicos y adolescentes de Monteagudo (Tucumán), Puesto Viejo (Jujuy) y Santa Margarita (Santa Fe) recibieron atención clínica y odontológica.
"Para nosotros, el tren no es sólo un medio de transporte de voluntarios e insumos, sino una forma de intervención que el Estado nacional valora, ya que acaba de lanzar el tren Argentino I y II. Pero la calidad y la variedad de las prestaciones que se brindan con o sin tren es muy distinta", dijo Magdalena Pardo, integrante de la comisión directiva de la fundación.
Cada vez que el tren ALMA llega a un pueblo, en los 15 días que dura cada viaje se acercan entre 600 y 800 chicos. (La Nación)