21/12/15
El tren que sigue postergándose
“Llamola utopía, voz griega cuyo significado es no hay tal lugar”, escribió Quevedo.
Para el Dicccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra define a todo “plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que parecen de muy difícil realización”. En este plano puede ubicarse, en principio, la propuesta, una vez más planteada, de poner en marcha un servicio de trenes entre nuestra ciudad y Punta Alta.
Hace pocos días se reunieron los intendentes municipales de Bahía Blanca y Coronel Rosales, Héctor Gay y Mariano Uset, no solo para analizar las posibilidades concretas de poner en condiciones ese tramo, sino además para avanzar en la idea local de implementar un tren urbano entre Ingeniero White y las instalaciones del Conicet.
La propuesta es disponer de dos trenes livianos, con capacidad para 150 pasajeros, impulsados por motores Fiat Duna, con una frecuencia de 30 minutos y 14 paradas intermedias.
El tendido hasta Punta Alta exige una inversión que algunos estudiosos del tema ubican en poco más de cuatro millones de dólares, monto que escapa a las posibilidades presupuestarias tanto del municipio local como del rosañelo.
Por eso, el primer paso será presentar el caso ante el ministerio de Transporte de la Nación, a cargo de Guillermo Dietrich, quien, es de esperar, considere que invertir en infraestructura ferroviaria no debiera tener como único destino los servicios del conurbano bonaerense, sino que para estas obras “el sur también existe”.
De acuerdo con un recorrido efectuado por periodistas de este diario en el tramo férreo de 35 kilómetros, el mismo se encuentra “canibalizado”, palabra que refiere desde el robo de durmientes que se advierte en todo el recorrido hasta el avance de los tamariscos y pastos que han socavado terraplenes, puentes y alcantarillas.
Se dice además que Ferroexpreso Pampeano levantó 18 kilómetros (!) de vías entre Villa Arias y El Saladero.
La propuesta del tren tiene fuertes argumentos que justifican su implementación. Una ruta que se ve desbordada por el aumento del tráfico, el incesante movimiento de pasajeros entre ambas localidades y la posibilidad de sumar alternativas de alta seguridad.
La misma no deja de ser hoy una utopía, pero es sabido -el mundo está plagado de ejemplos- que el hombre es capaz de generar esos lugares en principio inexistentes. (La Nueva)