25/11/15
Randazzo se corre de la pelea en el PJ y ofrece ayudar al macrismo
El oficialismo tras la derrota.
Presentará un plan ferroviario quinquenal. Está dispuesto a colaborar “desde afuera” con el próximo gobierno.
En importantes despachos del Gobierno nacional y el bonaerense lo señalan como uno de los responsables de la derrota. Dicen que si aceptaba ser candidato a gobernador bonaerense, como le pidió la Presidenta, el Frente para la Victoria retenía la provincia de Buenos Aires y Daniel Scioli ganaba la Presidencia.
Florencio Randazzo tiene otra visión. “La elección se perdió el día que Cristina fulminó la primaria. Si la hacíamos, nos potenciábamos, como hicieron las otras fuerzas. Ella sabía perfectamente que yo había dado mi palabra y no iría a la Provincia”, es el argumento que están cansados de escuchar sus colaboradores.
Para la semana próxima prepara una despedida a lo grande, inédita para un ministro que está a días de dejar su cargo: presentará un plan quinquenal de desarrollo ferroviario, con obras que ya están iniciadas y otras que tienen el financiamiento preacordado para continuar con las mejoras y expansión del ferrocarril en el interior del país.
El plan quinquenal randazzista no hará más que dar pasto a sus compañeros del PJ que todavía no lo perdonan y que ya olfatean “una nueva traición” tras los elogios que le dedicó hace pocos días Horacio Rodríguez Larreta a su gestión en documentación y transporte. Hay más puentes con el PRO: Randazzo es amigo personal de Emilio Monzó, el armador político de Macri de pasado peronista (la hermana de Monzó es una de sus principales colaboradores en el Ministerio).
Pero el chivilcoyano sólo piensa en apurar la electrificación del Roca, para inaugurar aunque sea un primer tramo antes del 10 de diciembre. Y ya hizo saber al macrismo que está dispuesto a colaborar después de esa fecha con Rogelio Frigerio y Guillermo Dietrich, a quienes Mauricio Macri nombrará en las carteras de Interior y Transporte que planea desdoblar. Pero lo hará “desde afuera”, sin ningún cargo. “Tenemos que demostrar en este país que un ministro puede hacer una transición ordenada y colaborar con su sucesor, aunque sea de otro signo político”, le escucharon decir en los últimos días.
Cerca del Presidente electo confirmaron a Clarín que aceptarán los consejos de Randazzo y que seguirían en sus cargos algunos de sus funcionarios técnicos.
“Todavía está dolido”, cuentan quienes tratan a diario con el ministro. Sobre todo, con la Presidenta y con Carlos Zannini, que fueron quienes más lo estimularon durante meses a competir contra Daniel Scioli en la carrera presidencial. “Estaba en alza en las encuestas y le ganaba a Scioli en todas las provincias del centro del país, las de clase media, donde perdió con Macri”, asegura todavía hoy.
Estaba listo para llevarle a Cristina dos nombres posibles para completar su fórmula: una opción más pura, con el propio Zannini, y otra en busca de recrear la transversalidad, con la gobernadora santiagueña, Claudia Ledesma Abdalá de Zamora. Hasta que el 16 de junio quedó estupefacto frente a la TV de su despacho cuando escuchó a Scioli anunciar que Zannini sería su compañero de fórmula. Al día siguiente, Cristina trató de convencerlo de que fuera por la Provincia. Fue en vano. Presentó su renuncia, pero terminó aceptando quedarse hasta el final del mandato.
Ahora sólo piensa en sus vacaciones en Valeria del Mar. Contó a los suyos que analizará con tranquilidad ofertas laborales del sector privado que ya le llegaron y tomará distancia de la interna del PJ que ya está lanzada. “Florencio se va bien con la gente, que lo para en la calle y lo felicita por su gestión y por haber mantenido su palabra. Ya demostró que no se desespera por cargos”, aseguran en su despacho. El tiempo dirá si su pausa en la política es temporal o definitivo. (Clarín)