21/09/15
En Tolosa viajan al pasado en una locomotora del ‘20
Volvieron a poner en marcha una vieja Henschel a la que le acaban de fabricar un vagón de pasajeros
El tiempo pareció retroceder ayer a la tarde en Tolosa, cuando sobre un tramo de las vías de trocha angosta, en 3 y 526, volvieron a poner en marcha a una vieja locomotora Henschel fabricada en 1923. Cada vez que eso ocurre, y el pitido de la antigua máquina colma el aire tolosano, todo el barrio se alborota y los más nostálgicos corren hasta el galpón del Ferro Club para ser testigos de ese viaje al pasado.
Los responsables de semejante iniciativa son Andrés Oleiro y Martín Ramón, dos fanáticos de los trenes que en septiembre del año pasado, después de tres años y medio de restauraciones, pusieron por primera vez en marcha la locomotora y dispararon recuerdos y nostalgias en una localidad que lleva la actividad ferroviaria en las venas.
“Acá en el Ferroclub restauramos todo lo que podemos conseguir antiguo”, comentaron. “El esfuerzo lo hacemos entre todos los socios, todo con nuestros aportes, y con la idea de mantener un poco la identidad de Tolosa”, explicaron.
Desde que comenzaran sus actividades en 1997, el grupo de entusiastas ha ido creciendo: hoy cuenta con 28 integrantes, todos aficionados a los trenes que se interesan por preservar la identidad ferroviaria tolosana.
Ayer a la tarde la locomotora se desplazó ida y vuelta sobre los 60 metros de trocha angosta que componen el recorrido, corto pero suficiente para demostrar la majestuosidad de la máquina, que desde hace unos meses arrastra un vagón de pasajeros.
“Lo construimos entre enero y febrero, completamente de cero inspirado en los coches de esa época”, explicó Andrés Oleiro. El vehículo fue estrenado en durante la Noche de los Museos y es capaz de llevar casi medio centenar de pasajeros.
“Ahora estamos tratando de restaurar el tanque de agua, una torre que se ve desde varios puntos de Tolosa”, adelantaron los miembros del Club Ferroviario, resueltos a a preservar el valor cultural del barrio.
SOBREVIVIR AL TIEMPO
Según revelaron, esta locomotora, modelo Henschel, perteneció inicialmente a un ingenio azucarero en Tucumán.
En 1968 fue adquirida por un parque de diversiones en Mar del Plata, aunque solo por un año. Durante ese tiempo fue que Oleiro, con 8 años de edad, se enamoró perdidamente de la máquina y durante toda su vida le siguió el rastro.
Fue 20 años más tarde que, junto a Martín Ramón, otro entusiasta ferroviario e ingeniero electrónico, pudo finalmente traerla a La Plata y ponerla a salvo en el galpón de calle 3 y 526.
“Hubo que hacer muchas partes de nuevo, y fuimos aprendiendo al paso lo necesario para reparar algunas piezas y reconstruir otras”, explicaron.
Ahora, cada vez que pueden, la sacan a dar una vuelta, tarea nada fácil ya que primero deben movilizar todos los vagones que ocupan el predio. Pero cuando finalmente lo consiguen, y el ruido de la locomotora copa el aire tolosano, los fanáticos del tren se acomodan en el vagón y se dejan llevar de vuelta al pasado. (El Día)