07/09/15
Luego de la fiebre inicial, el tren busca consolidarse
De a poco va tomando forma el nuevo perfil de los usuarios.
A poco de cumplirse dos meses de su regreso triunfal, el tren de pasajeros que une a las ciudades de Neuquén y Cipolletti dejó de tener la expectativa que generó en los primeros días de servicio y tendrá, de ahora en adelante, que consolidar el perfil de usuarios, con los ajustes que sean necesarios.
Detrás quedaron las interminables colas para sacar el boleto, como ocurrió cuando se puso en marcha el servicio, y prácticamente ya no hay usuarios que viajan por placer o para conocer cómo es el nuevo tren.
La gente que lo toma todos los días lo hace por la necesidad de trasladarse de una ciudad a otra para ir al trabajo, cursar los estudios en la universidad o para hacer las compras.
Es cierto que el tren no dará mucho más de lo que dio. El punto a punto entre Neuquén y Cipolletti excluyó a muchos usuarios que, aunque reconocen que se trata de un servicio más rápido que el que brinda el colectivo, es incómodo a la hora de seguir viaje por la ciudad. Se estima que el sistema de trasbordo a través de la tarjeta SUBE podría solucionar ese inconveniente. El tiempo lo dirá.
Prudencia
En la estación, los encargados de vender boletos son prudentes a la hora de opinar. Se limitan a decir que no están autorizados a dar información sobre la cantidad de pasajeros, como sí lo hicieron cuando la demanda por conocer el tren era un verdadero frenesí de gente alrededor del andén. “A la mañana viaja más gente”, sintetizan. Pero nada más que eso.
Movimiento
En efecto, en horas de la tarde (salvo en el horario pico) la estación está tranquila y por la zona de boleterías se puede observar apenas un puñado de personas con intenciones de sacar pasaje. La mayoría son los que salen de trabajar entre las 14 y las 15 y a esa hora regresan a sus hogares.
Sin embargo, en las primeras horas de la mañana, se observa un esperable movimiento de pasajeros, que en su mayoría utilizan el servicio del tren para trasladarse al lugar del trabajo. “Viajo porque me deja cerca de la oficina”, reconoce una mujer joven. “Lo utilizo para venir a la facultad, pero a la vuelta me conviene tomar el colectivo”, asegura un muchacho de veinti tantos años que parece “haberle encontrado la vuelta” a este novedoso modo de transporte.
A casi 60 días de aquella primera salida, el tren de pasajeros, más conocido como Tren del Valle, deberá esperar un poco para consolidar el inexperto servicio.
Por ahora es demasiado temprano para opinar si los usuarios se quedaron en el amague y en la emoción de aquel primer día y volvieron a su vieja rutina de transporte, por las calles y rutas. O si, en efecto, se acostumbrarán a los pros y contras del renovado tren que tantas alegrías brindó a lo largo de la historia. (LMNeuquén)