03/08/15
Desalojan a los manteros alrededor de estaciones del Roca
Es en Almirante Brown, donde el Municipio busca mejorar la "seguridad y transitabilidad" de los peatones. Ya reubicaron a unos 60 vendedores ambulantes que tenían puestos en las veredas de la estación Glew, y prevén seguir por Burzaco y Longchamps. Hay polémica.
La Comuna de Brown busca desalojar a vendedores ambulantes de las estaciones del ferrocarril Roca para mejorar la “seguridad” y la “transitabilidad” de los peatones. Ya lo hicieron en Glew, donde los corrieron a una cuadra perpendicular a las vías y, según adelantaron, harán lo mismo en Burzaco y Longchamps, y más adelante en el resto de las estaciones de Brown. Si bien los peatones reconocen que en las horas pico es difícil esquivar a los manteros, las posiciones están divididas entre aquellos que los conocen hace años y quieren que preserven su fuente de trabajo y quienes prefieren que los reubiquen para caminar más tranquilos. Las autoridades prometieron crear paseos de compras para ordenarlos.
“Fue de un día para el otro. Vinieron y nos dijeron que no íbamos a poder estar más ahí. Después, que nos vayamos del lugar. Estuvimos varios días sin poder trabajar, porque nos amenazaban con que incautarían la mercadería si volvíamos”, cuenta Yolanda, que vende medias hace 13 años en la estación de Glew, siempre en la esquina de Méndez y las vías del Ferrocarril Roca. Ella como otros 58 puesteros fueron los que debieron correrse tras la decisión municipal.
María Ibáñez, que hace 30 años vive de la venta en esta zona, agregó: “Nosotros queremos ponernos en regla, pagar impuestos o por el puesto, pero si no nos dejan trabajar es imposible. Un día que no vendemos es un día que no comemos. Además, ahora nos pidieron que no vengamos dos veces por semana. En este nuevo lugar vendemos un tercio de lo que sacábamos antes y encima tenemos menos días, no se puede”.
Nosotros queremos ponernos en regla, pero si no nos dejan trabajar es imposible. Un día que no vendemos es un día que no comemos", dice María Ibáñez, quien hace 30 años vive de la venta ambulante.
Los manteros se ubicaban en los alrededores de la estación, sobre las calles Méndez, Jorge Newbery, Uspallata y Reina Elena. Tras el desalojo, estuvieron al menos dos semanas sin poder instalarse en ningún lugar. Hicieron marchas, manifestaciones y llevaron su reclamo hasta Adrogué, al Palacio Comunal, donde se reunieron con las autoridades para pedir una solución.
Desde esta semana, los reubicaron en 100 metros de Patria, entre las vías y Newbery, justo a la salida de paso a nivel. Allí hay un predio en el que prometieron crear un paseo de artesanos donde cada puestero podría pagar por un lugar y regularizarse.
Daniel Bolettieri, Intendente de Brown, le explicó a Clarín: “Tras la creación del destacamento de la Policía local en Glew, decidimos despejar los alrededores de la estación de tren por cuestiones de seguridad y transitabilidad. Es una estación muy especial, entonces hicimos un operativo para ordenarla. Hasta el momento ha funcionado muy bien”. Y agregó: “Para aquellos artesanos o quienes vendan elementos manufacturados haremos un lugar, un paseo de compras, para que puedan trabajar en mejores condiciones. Comida, CD y accesorios de celulares, no van más. Luego haremos algo similar en Longchamps y Burzaco, y más tarde en el resto de las estaciones de Brown”, adelantó.
Haremos un paseo de compras para los artesanos o quienes vendan elementos manufacturados. Pero comida, CD y accesorios de celulares, no van más", adelanta el intendente Bolettieri.
En una recorrida realizada por Clarín, se comprobó que en Longchamps y Burzaco hay vendedores ambulantes trabajando. “Yo estaba en Glew y ahora me vine para acá. En esa cuadra en la que nos pusieron no se vendía nada y no podía seguir así. Acá todavía no dijeron nada, nadie nos avisó si nos iban a sacar. Voy a probar mientras tanto hasta ver qué pasa”, explicó Matías López, un joven de 23 años que vende juguetes para el Día del Niño.
Los vecinos y comerciantes tienen posturas divididas. Rubén, que trabaja en un almacén en Uspallata y Patria, opinó: “Los sacaron a todos y no se entiende por qué. Los que vienen a poner sombrillas de la campaña sí pueden estar y la gente que viene a ganarse el mango, no. Está bien, ocupaban la vereda, pero no molestaban, incluso nos ayudaba que al cerrar estuvieran, por seguridad. No me parece bien”. Por su parte Marta Florentín, vecina del barrio y usuaria del tren, dijo: “Creo que está bien, realmente no hay lugar para que se pongan. Entre los negocios que sacan mercadería a la calle y los puesteros, es un laberinto. No puedo pasar con el cochecito de mi bebé. Que los dejen trabajar, pero en otro lado, donde no entorpezcan el paso”. (Clarín)