24/06/15
Un invierno sin gas y sin trenes
La llegada del invierno pone al desnudo, con una crudeza completa, las carencias que sufren muchos barrios de la ciudad.
se trata de lugares que no disponen del servicio de gas natural para la calefacción, muchas veces poblados con viviendas tan precarias que el frío no reconoce entre el afuera y el adentro, a partir de elementos de cierre incapaces de generar algún tipo de protección ante las bajas temperaturas.
El mercado responde de acuerdo a sus principios, y por estos días de baja temperatura, como era de esperarse, se ha elevado sensiblemente el precio de la leña y del gas, afectando de manera sensible la economía de los más ajustados en sus ingresos, con cargas de garrafas a 100 pesos y kilos de chañar a 260 pesos.
son estos elementos de muy rápido consumo, utilizados en ambientes generalmente inadecuados en cuanto a su ventilación y con un poder calorífico bajo en relación al gas empleado.
En tiempos en que es habitual que el Estado remarque los altos porcentajes de prestación que tiene la ciudad en materia sanitaria –más allá de la calidad del servicio- resultaría interesante también disponer de un dato actualizado de la provisión de gas. Esto permitiría conocer de primera mano cuáles son las inversiones que se pretende hacer en materia de provisión de gas natural, elemento vital que pareciera difícil asumir no esté disponible para la totalidad de los pobladores.
En las últimas horas se conoció la destacable actitud de la empresa Ferroexpreso Pampeano, la cual, repitiendo una conducta que mantuvo durante años anteriores, decidió entregar, sin cargo, varios durmientes que otrora fueran parte de la estructura del riel para ser destinados a calefaccionar viviendas.
Se trata de 1.200 maderas de lapacho, que servirán a unas 120 familias para disponer de combustible durante al menos un mes.
Más allá de la interesante disposición de la empresa de desprenderse de este material, sin dudas no deja de conformar un símbolo de la necesidad de obras de infraestructura que le faltan la ciudad para distribuir un fluido (el gas) que llega a Bahía Blanca en grandes volúmenes, por ser un punto de encuentro de importantes gasoductos.
En casa de herrero cuchillo de paso, se podría apuntar, mientras que otro hecho no menor, la quema de durmientes, da cuenta contundente de la penosa realidad que, desde hace décadas, corresponde a nuestro ferrocarril. (La Nueva)