15/06/15
El Tren Alma pasó por Salta y dejó su marca en el corazón de unos 500 chicos
Fue el viaje 200 de la fundación que lleva 35 años recorriendo las vías para ayudar a los más necesitados. Unas 20 personas solidarias brindaron atención médica.
En el pueblo de Coronel Mollinedo viven un poco más de mil personas. Los grandes silos junto a la estación de trenes; la iglesia colonial; unos chicos jugando frente a las vías. Es un lugar tranquilo, incrustado en el corazón productivo de Salta, en el departamento Anta, pegadito a Apolinario Saravia. Ahí estuvo hasta el viernes el Tren Alma, que fue arrastrado por locomotoras del Belgrano Cargas para poder atender a cientos de chicos salteños.
El día está frío y el cielo gris. Los chicos que juegan junto a las vías del ramal C-18, que en tiempos mejores unía con frecuencia a Joaquín V. González con Embarcación. Están contentos. En un viejo tren, ya medio oxidado por el tiempo y el trajín, unos 20 argentinos solidarios surcaron miles de kilómetros durante 15 días para atender a más de 500 chicos salteños menores de 18 años. Se trata del Tren Hospital para Chicos de la Fundación ALMA, que tras siete largos días llegó a las localidades salteñas de General Pizarro y Coronel Mollinedo. Se trató del viaje solidario número 200 de este tren de la esperanza, que cumplió 35 años. Para la mayoría fue su primer viaje, pero ya todos quieren volver. Alejandra Dichiaro es la radióloga y la coordinadora del viaje. "En Pizarro, el tema salud deja bastante que desear. Tienen las salas armadas pero faltan médicos y se nota porque tienen de referentes a los enfermeros", contó.
María Noel, asistente social, habló de los casos de chicos con bajo peso que registraron en la campaña sanitaria. "En Pizarro, sobre todo, se nota más. El 30 ó 40% de los chicos tenían bajo peso. En cambio en Mollinedo está trabajando la Fundación Conin y Creando Futuro. Eso se nota mucho", remarcó.
Gladys es enfermera, de Concepción, Entre Ríos. "Es una experiencia maravillosa y como profesional es muy satisfactorio poder desarrollar mi actividad en estas localidades", dijo. Melisa Navia es médica. Se acercó a Buenos Aires desde Mendoza para no perderse el viaje junto a dos amigas. "El objetivo siempre es ayudar a gente que nos necesita un poco más. A los médicos les recomiendo esta experiencia", graficó. Luisina Tejada, una de las mendocinas del Tren Alma, cuenta que el viaje fue largo, "pero se llega y vale la pena". Están en el último año de residencia. "Dijeron que había tres lugares, nos anotamos y ganamos un sorteo", dijo.
Para la odontóloga Ana María Arias se formó un grupo humano extraordinario. "Vimos muchas patologías, muchos chicos con caries, con problemas de salud bucal muy severos", resumió. "Todo tiene que ver con hábitos de higiene y alimentación que tratamos de trasmitir a las madres que vienen. Les recomendamos que los chicos dejen la mamadera a los dos años y que si dan el pecho no usen el pecho de chupete. Hay que cuidar los dientes desde que aparecen y evitar los jugos y golosinas", explicó.
Nicolás Escairato, odontólogo de La Plata, es el único hombre del equipo de salud, además de los muchachos de mantenimiento, que hacen que todo funcione como por arte de magia.
"Tenemos tres vagones. El primero es de la gente de mantenimiento; el segundo es donde están nuestros camarotes y en el tercero los consultorios de atención. Llegamos dos días tarde a Pizarro, pero había mucha demanda. Acá nadie detiene su trabajo. Cuando hay mucha gente, nos turnamos para comer", explicó.
Mabel es bioquímica de Buenos Aires. "Noto una diferencia entre Pizarro y Mollinedo. En Pizarro la situación está menos controlada. Ahí vimos mucho chagas y lo que es más alarmante, muchos chicos con esa enfermedad. En Mollinedo, en cambio se notó mucha parasitosis, que puede ser por falta de higiene o mala calidad del agua. Habría que hacer estudios más a fondo, lo nuestro es un pantallazo", expresó.
"Me llevo un recuerdo reconfortante, de un grupo muy bueno. Son experiencias que te cambian. La gente es muy alegre y solidaria con nosotros. Me encantó ver gente que es muy alegre con pocas cosas, que afronta la vida con lo que tiene, pero con alegría", agregó, justo cuando llegaba la ambulancia para derivar un caso de picadura de araña al hospital de Apolinario Saravia. (El Tribuno)