30/06/14
El soñador que le da forma a un trencito para pasear a los chicos
ARMA SU PROPIA LOCOMOTORA CASERA EN HERNANDEZ
Con materiales de descarte, el mecánico Sebastián Suárez ya puso en marcha su sueño de un tren en las vías de 511 y 133
En los rieles que pasan sobre la plazoleta de 511 entre 133 y 139 está en marcha una aventura quijotesca. Sobre esas vías abandonadas del ramal La Plata-Brandsen el mecánico Sebastián Suárez Castillo (35) empezó a darle forma a lo que hace apenas un mes y medio parecía una idea imposible: construir con sus propias manos una locomotora para pasear a los chicos del barrio.
Sin embargo, ahí está hoy el esqueleto de la máquina, basada en un modelo de 1786 y montada sobre los carriles de una vía férrea que desde hace años pide a gritos volver a la vida.
“Fue una locura, se me ocurrió y acá estoy”, dice Suárez Castillo, que creció en el seno de una familia ligada a la mecánica y es, como no, un apasionado de los trenes.
“Crecí entre los fierros”, reconoce el hombre que con materiales de descarte le da forma a su ilusión. Desde los 8 años que vive en el barrio de 511 y 133, donde tiene un taller instalado en su propia casa; allí repara motos y autos. “Antes fuí ayudante y oficial soldador y ahora me la rebusco con esto”, explica.
NACIMIENTO DE UN SUEÑO
¿Cómo surgió la idea de armar un trencito? Nació de otro tren, pero de cartón, papel y engrudo. Es que para el último Año Nuevo, en la misma vía, Sebastián levantó un muñeco para quemar durante la tradicional celebración platense. “Hice una locomotora 1786, de tambor redondo y una punta. Me encantó el modelo”, recuerda. Ahí le prendió la idea de armar otra máquina, pero esta vez una de veras.
“Me quedaron los ejes y decidí hacer un trencito para que los chicos paseen los domingos y de paso mejoramos la plaza”, explica.
Suárez Castillo dice que con su idea de paso acompaña el pedido de la movida “Por el Regreso del Tren de La Plata a Brandsen”.
El modelo de su locomotora lo sacó de un viejo libro sobre trenes. “Me gustó la forma y la estoy armando. Sueldo con la eléctrica, le puse ruedas, ya tengo el motor andando y la hemos hecho circular por los rieles”, asegura.
Armar el esqueleto de la locomotora le llevó un mes y medio, trabajando sólo en sus ratos libres, pero asegura que recién va a estar lista para inaugurar a principios de septiembre.
Utilizando de chasis una estructura de hierro que encontró en torno a los rieles, Suárez Castillo dispone sólo de chapas, fierros y piezas antiguas para darle forma a su proyecto. “Le puse motor de una moto vieja y una caja de cambio de tres cambios”, cuenta y piensa sumarle un vagón. ¿Qué color la va a pintar? “Celeste y blanco”, dice, sin dudar.
Lo único que lo empuja en su sueño es “regalarle una sonrisa a los chicos” y remarca que el proyecto “no tiene fines de lucro”.
“Los vecinos están muy contentos. Cada vez que la pongo en marcha aplauden y los chicos se vienen corriendo y se suben. Pero como todavía no está terminada a mi me da temor de que haya algún accidente”, reconoce, por lo que pide paciencia a los ansiosos niños que ya quieren pasear en el trencito del barrio.
A pesar de su envión, Suárez Castillo reconoce que necesita la colaboración de aquellos que puedan aportar elementos útiles para construir la máquina, desde pintura hasta chapas.
“Lo pueden traer acá, en 511 y 133, donde estamos a la tarde trabajando”, cuenta, mientras pone en marcha la futura locomotora, y de fondo se siente el nostálgico repiqueteo del paso de las ruedas del tren por los rieles de Hernández. (El Día)