21/03/14
Mendoza ahora busca frenar el desguace del Tren Trasandino
Desde Patrimonio e Infraestructura le pedirán a la Nación que no sigan sacando la estructura del ramal. Una firma de Buenos Aires ganó una licitación en 2009 y se está llevando los cobertizos de alta montaña.
Desde la Dirección de Patrimonio (Ministerio de Cultura) y la Subsecretaría de Obras (Ministerio de Infraestructura) de la provincia le exigen al Ministerio de Interior de la Nación una solución para que se frene el desmantelamiento de los cobertizos y la estructura que formó parte del ramal A 12 Trasandino FCT, construido entre 1890 y 1910, en alta montaña. Según la información que aportó el Gobierno, una firma de Buenos Aires ganó una licitación nacional en 2009 para retirar el material en desuso y que revestía peligro al entorno, sin tocar las vías, política que se siguió en todo el país con los materiales ferroviarios. Durante 2013 debió interrumpir sus acciones cuando el Estado provincial pidió la intervención de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF, que también depende del ministerio que conduce Florencio Randazzo).
Sin embargo, el último febrero las tareas se reanudaron y los vecinos de la zona de Las Cuevas pusieron de manifiesto otra vez la situación. Esta semana, al percibir nuevos movimientos, denunciaron en la Comisaría 23 de Uspallata y en el destacamento Puente del Inca el “saqueo” de materiales. El subsecretario de Obras local, Gerardo Vaquer, apuntó que “nadie nos notificó que se iban a reanudar las acciones de la empresa, que están por fuera del contexto del preacuerdo charlado con la Nación”.
El funcionario se refería a las reuniones que tuvieron con los responsables a nivel nacional, en las que se determinó que se harían “relevamientos para definir qué parte de la infraestructura era valiosa y podía mantenerse y cuál era chatarra que sólo revestía riesgo para el entorno y podía retirarse (quedando en manos de la empresa adjudicataria)”.
Por qué deben protegerse
Aunque como expresó la arquitecta patrimonialista Graciela Moretti, “no hay una declaración explícita de protección como bien patrimonial”, el argumento local para reclamar la preservación de los restos de la megaobra del siglo XIX y XX fue el decreto nacional Nº1.063 de 1982 (al que Mendoza adhirió con el decreto Nº3.511), en el que se define que también se consideran patrimoniales los bienes inmuebles propiedad del Estado nacional de más de 50 años. Eso hace que su modificación o enajenación debe autorizarla la Comisión Nacional de Museos.
“La idea era que algunos cobertizos y estaciones se mantuvieran y otras se desarmaran, pero luego de relevarlos y con un trabajo coordinado que garantizara la conservación de lo más valioso”, detalló Vaquer, y Moretti añadió: “La propuesta era reutilizar materiales en la reconstrucción de los cobertizos más valiosos. Pediremos intervención también a la Comisión de Museos”.
Regina Agüero, directora de Patrimonio, expresó también su preocupación: “Lo que necesitamos saber es qué cosas hizo la empresa y los materiales que se llevaron. Hemos enviado notas a la Nación, tenemos la documentación que lo respalda, y necesitamos una respuesta urgente porque el tiempo no puede seguir pasando sin definiciones”.
Las Heras custodia
Mientras la respuesta llega, el Gobierno mendocino acordó con la Municipalidad de Las Heras que se custodien los cobertizos en Las Cuevas. En realidad, según manifestó Celso Boccolini, subdirector de Turismo de la Comuna, lo que se les pide es la documentación que acredita el registro de la actividad comercial: “Corroboramos que se respete el entorno ambiental (con los movimientos puede afectarse la flora nativa), pero también la riqueza patrimonial y turística. Más allá de la jurisdicción, por estar en territorio provincial y municipal podemos ejercer el poder de policía”.
Los funcionarios implicados informaron que ayer la empresa no estaba operando, pero más tarde lugareños advirtieron de que habían visto a los camiones acomodando los pesados tablones de madera y algunas chapas de zinc ya retiradas de la estructura. Se trataría de la firma Promasi SA, con sede en Buenos Aires, que ejecuta los trabajos a través de una empresa mendocina en la que se tercerizaron los servicios.
Hay piezas históricas de un siglo
El historiador Pablo Lacoste, quien investigó la historia de esta centenaria obra y la recuperó en el libro “El Ferrocarril Trasandino”, llegó a compararla -por la envergadura con que la fue planteada y su impacto social-, con el Canal de Panamá o el ferrocarril del istmo de Tehuantepec, en la parte más estrecha de México, el de mayor nivel de actividad en el mundo. Actualmente, en estas tierras los cobertizos forman parte del ADN de los pobladores de las villas cordilleranas, como de la sociedad en su conjunto, siendo en algunas épocas atractivos y motores de la actividad turística en el lugar. Tanto, que se rescataron viejas estaciones, puentes, cobertizos y parte de los cuadros de estación para desarrollar allí distintas actividades.
La arquitecta Graciela Moretti, quien desarrolló investigaciones al respecto desde 2002 y con la Dirección de Patrimonio encaró un reciente relevamiento, explicó sobre la riqueza de las piezas que subsisten: “Hay algunas que son de 1903, cuando se abrió el túnel, y otras de 1950. En general lo que puede verse son estructuras de madera que estaban techadas, algunas son abovedadas con chapas y hay también techos a dos aguas. Otras parecen catedrales góticas”.
Según un cálculo aproximado de la especialista, alrededor del 90% de la infraestructura ferroviaria se mantiene. El 10% faltante sería sobre todo maderas macizas y chapas zinc.
Detalles de la investigación de Pablo Lacoste*:
* El Ferrocarril Trasandino y el desarrollo de los Andes Centrales argentino chilenos 1872/2013.
La obra del ferrocarril Trasandino fue autorizada por ley sancionada en 1872. Se terminó de construir en 1910, con una extensión de 240 kilómetros, entre las ciudades de Mendoza (Argentina) y Los Andes (Chile), con una cota máxima de 3.200 metros sobre el nivel del mar.
El ferrocarril Trasandino (FCT) del centro enlazó las ciudades de Mendoza (Argentina) y Los Andes (Chile), mediante una ferrovía de 243,2km de longitud, que atraviesa la cordillera de los Andes.
Fue un ferrocarril de trocha angosta (un metro de ancho), que tenía sistema de cremallera en los sectores de mayores pendientes. Prestó servicios de carga y de pasajeros.
Con frecuencia las nevadas provocaron su suspensión.
Aproximadamente corría 230 días por año en promedio.
Prestó servicios internacionales de 1910 a 1934 y de 1944 hasta 1984. (UNO)