16/12/13
La electrificación del Roca, un proyecto que merece ser finalmente concretado
El anuncio oficial acerca de un inminente inicio de las obras de electrificación del ramal La Plata-Constitución del ex ferrocarril Roca, de acuerdo al convenio recientemente firmado por el Gobierno nacional con el Banco Interamericano de Desarrollo mediante el cual este organismo otorgará un crédito de 500 millones de dólares para las obras previstas, constituye un paso trascendente que, de llevarse a la práctica, permitiría ver la concreción de este proyecto en los próximos dos años.
Tal como se anunció desde el ministerio del Interior y Transporte de la Nación, el convenio incluye la realización de dos pasos bajo nivel en el tramo platense, en 1 y 32 el primero de ellos y el otro a la altura de la estación City Bell. Luego de firmar el convenio, el ministro del Interior detalló que el proyecto para el ramal La Plata-Constitución es integral; prevé la construcción de una central eléctrica transformadora, el tendido de catenarias, un nuevo señalamiento automático, el cambio y mejoramiento de parte de las vías y la construcción de un viaducto en Ringuelet, además de los dos pasos bajo nivel en La Plata.
Convendría, por lo pronto, tener en claro que no es la primera vez que en los últimos ochenta años se conocieron anuncios oficiales acerca de esta iniciativa, puesto que, de la electrificación del Roca desde La Plata a Constitución, se vienen formulando diversos anuncios y proyectos desde la pasada década del ´30 e, inclusive, en algunos casos dieron comienzo las obras, luego paralizadas.
Allí están, como mudos testimonios, las catenarias erigidas hace más de tres décadas a la altura de la estación Gonnet.
Tales anuncios y las posteriores frustraciones dejaron a la vista una inoperancia mayúscula por parte de las sucesivas administraciones, especialmente a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado. Es conocido, además, que el servicio que prestó en sus primeros tiempos el entonces ferrocarril Roca resultó eficiente, con trenes locales, rápidos o semirápidos que facilitaron el traslado seguro y puntual de miles de personas que diariamente viajaban entre las dos capitales. Se trató sin duda de una época en la que no faltaron planificaciones y proyectos en distintas áreas, que lograron plasmarse merced al espíritu de iniciativa, a la sensatez y a la capacidad con que se administraron los dineros públicos. Pero, lamentablemente, el ferrocarril comenzó a perder predicamento y quedó relegado a fines de la década del ‘60 cuando se privilegió el desarrollo del automotor como el principal medio de transporte de pasajeros y de cargas.
Pero la postergación que, en lo concerniente a la electrificación, sufrió el ramal Quilmes fue el factor que más gravitó. Se trató, sin dudas, de un claro perjuicio para la capital del primer Estado, que se vio relegada frente a otros itinerarios que sí obtuvieron las ventajas modernizadoras que supone la electrificación. Es de esperar, entonces, que ahora concluya esta inconcebible demora en la aplicación de un adelanto indispensable en materia de transporte ferroviario. La importancia demográfica y política de la ciudad de La Plata aconseja, desde hace demasiado tiempo, que se vea contemplada de una vez por todas en la ejecución de una obra que no es compleja y que, según dijeron siempre los especialistas, ni siquiera es demasiado costosa, en comparación con los beneficios que ella aparejará. (El Día / La Plata)