24/10/13
Nuevo escenario: ahora el Gobierno es responsable directo
El cambio operativo anunciado por el ministro Florencio Randazzo en la línea Sarmiento plantea un nuevo escenario para los servicios ferroviarios metropolitanos donde sobresalen dos aristas significativas.
Por un lado, desde hoy la administración kirchnerista pasa a ser la responsable directa de la operación del Sarmiento y se queda sin la “red de contención” que representaba la UGOMS, la gerenciadora privada que Metrovías y Ferrovías armaron en 2012 para reemplazar a TBA.
Y por otro lado, los restantes ferrocarriles urbanos siguen en manos de las mismas concesionarias Metrovías y Ferrovías, a las cuales el Gobierno acaba de sancionar con la eyección del Sarmiento por no haber cumplido con las normas de seguridad y el contrato de operación.
La “estatización plena” del Sarmiento implica que todo lo atinente a la prestación de los servicios queda a cargo de la SOFSE, la ferroviaria estatal que fue creada en 2008 y que conducen dos “randazzistas”.
Alejandro Croucher y Sebastián Bruschetti –las máximas autoridades de la SOFSE–son a partir de ahora los únicos y directos responsables de lo que suceda con los trenes del Sarmiento. Ya no podrán echarle las culpas por los pésimos servicios y los accidentes a la ex TBA, ni a la UGOMS.
A priori, la experiencia de la SOFSE luce muy limitada ante el desafío que representa mover más de 200 trenes diarios en el Sarmiento: hoy sólo opera un puñado de servicios en Salta, Chaco, el Tren de la Costa y una frecuencia semanal a Bragado y Lincoln.
En lo que respecta a las otros ferrocarriles, lo curioso es que continuarán bajo el manejo de las privadas Metrovías y Ferrovías que según el propio Randazzo no controlaron como debían a los maquinistas del Sarmiento e incumplieron los compromisos asumidos en el contrato de gerenciamiento.
Metrovías (del grupo Roggio) es la concesionaria del Urquiza y los subtes. A su vez, Ferrovías (grupo Emepa) tiene la concesión del Belgrano Norte. Ambas–bajo el paraguas de la UGOFE–operan las líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur. Y con el sello de la UGOMS, la dos siguen manejando los trenes del Mitre.
Lejos de trasmitir tranquilidad, la decisión de Randazzo de tomar a UGOMS como “chivo expiatorio” del último accidente del Sarmiento ha generado nuevas dudas e interrogantes sobre la situación operativa que se registra en el resto de líneas.
Si en el Sarmiento fallaron los controles al personal, ¿quién garantiza que en los otros ferrocarriles se cumplen realmente las normas y se hacen las cosas como corresponde? (Clarín)