21/10/13
Los choques se habrían evitado sin la demora en el nuevo sistema de señales
La tragedia de Once de 2012, la de Castelar registrada a mediados de este año y el choque de ayer en la misma terminal de Once tienen un llamativo y penoso punto en común. Los tres eventos extremos se podrían haber evitado si la administración kirchnerista hubiera instalado en tiempo y forma el nuevo “sistema de señalamiento y protección automática de trenes”, que desde hace varios años viene prometiendo para el ferrocarril Sarmiento.
La modernización del sistema de señales y comunicaciones tendría que haber estado concluida en 2011. De haberse cumplido los plazos que fijaron los ex funcionarios del actual gobierno, desde hace más de dos años todos los trenes ya estarían equipados con los “mecanismos de frenado a distancia” que hubieran permitido evitar los tres choques seguidos del Sarmiento.
Pero, por una serie de incumplimientos y la ineptitud de las autoridades, la obra clave que necesita con urgencia la castigada línea Sarmiento sigue aún en veremos.
Desde 2003 hasta ahora, el Gobierno llevó adelante sin éxito dos procesos licitatorios para adjudicar el sistema de señalamiento.
La primera licitación estuvo a cargo del polémico ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. En 2006, le adjudicó el proyecto en $ 291 millones a un consorcio liderado por la alemana Siemens. Tras cobrar un anticipo de $ 51 millones y haber ejecutado sólo el 4% del proyecto, Siemens paralizó los trabajos en 2009 ante la falta de respuesta a sus reclamos de redeterminación de precios.
La obra siguió congelada hasta agosto del año pasado, cuando el actual ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anuló el contrato y llamó a una nueva licitación.
La segunda convocatoria tampoco llegó a buen puerto. Acumuló varios meses de demora y las dos ofertas que llegaron a la instancia final superaron ampliamente el presupuesto de $ 654 millones que se había fijado como referencia.
Para tapar el fracaso licitatorio del sistema integral de señalamiento, el Gobierno compró en forma directa por US$ 70 millones un “mecanismo simple de stop-tren” a la empresa china CSRC.
El nuevo dispositivo–que se instalaría en un plazo de 7 meses en las formaciones del Sarmiento y Mitre –permitirá reducir la velocidad y detener los trenes en forma automática ante cualquier error de los maquinistas o violación de las señales lumínicas que se encuentren en “amarillo y rojo”. (Clarín)