03/10/13
Choque de trenes en Castelar: La Justicia responsabiliza al maquinista por la tragedia
Fue procesado, pero seguirá libre. En su fallo, el juez dice que por “negligencia” no aplicó los frenos y su “accionar desidioso” causó tres muertos. Además lo acusa de haber mentido en su declaración.
Para la Justicia ya no hay dudas: la tragedia de Castelar se produjo por negligencia del maquinista. El juez federal de Morón, Jorge Rodríguez, procesó ayer al motorman Daniel López y sobreseyó a los otros tres imputados. Así, la causa que se originó con el choque entre dos trenes del ferrocarril Sarmiento el 13 de junio, en el que murieron tres personas y 357 tuvieron que ser atendidas, podría llegar en tiempo récord a juicio oral antes de fin de año. El motorman podría pasar hasta cinco años en la cárcel.
El accidente fatal fue motivo de una pelea entre el Gobierno nacional, que desde el primer momento cargó contra el maquinista, y los gremios de los trabajadores ferroviarios, que acusaban a la Nación por el mal estado del Sarmiento. A esto se sumó que el conductor López declaró que no había podido detener el tren Chapa 1, que produjo el choque, porque los frenos habían fallado. Pero la disputa política quedó diluida cuando se conoció la pericia: los expertos que estudiaron el tren, los videos, los registros de GPS y otros elementos técnicos, concluyeron enfáticamente que el tren no tuvo inconvenientes mecánicos, y que fue López el que no respetó las señales que advertían que debía detener la formación antes de llegar a la estación Castelar, donde estaba el tren Chapa 19, al que chocó de atrás.
Este fue el principal argumento que utilizó el juez Rodríguez al dictar el procesamiento. Por eso, también sobreseyó a Raúl Ahumada, el maquinista del Chapa 19; Raúl Mendes, el técnico que habilitó al Chapa 1 para que pudiera circular ese día; y Ernesto Bizantino, el ingeniero que dio el visto bueno a las reparaciones que se le habían hecho al Chapa 1 meses atrás.
Según el escrito del juez, el maquinista López “siguió el recorrido negligentemente sin aplicación de cualquiera de las variantes de frenado ”. Además, agregó que “como consecuencia directa de su accionar desidioso se produjo el fallecimiento de tres personas y lesiones en muchas otras”.
De acuerdo a la pericia, la formación pasó una primera señal de precaución a 43,5 km/h; una segunda que ordenaba detenerse a 58,5 km/h; y la tercera, que estaba en rojo, a 60,5 km/h. López declaró en su indagatoria que al ver la primera señal intentó detener la formación tres veces, y que cuando observó que delante estaba el Chapa 19 también activó el freno de emergencia, pero que ninguno funcionó. Sin embargo, reconoció que no dejó nunca de pulsar el botón del freno de “hombre vivo” (se activa si no se lo aprieta cada tres segundos) y que tampoco atinó a sacar la llave de contacto, lo que podría haber ayudado a detener la formación. Por eso, el juez entendió que López mintió para defenderse, y lo acusó de “expresarse con mendacidad y mala justificación”.
Los testigos también aseguraron que no observaron intentos de frenar. La mayoría declaró que no escucharon ni los chirridos de frenos ni bocinazos. Uno de los testimonios que el juez remarcó fue el de Eladio Pereyra, un pasajero que venía en el anteúltimo vagón del Chapa 19, y que declaró que segundos antes del impacto sacó la cabeza por la ventana y vio al Chapa 1 que “así como venía nos chocó”.
López podrá mantener la libertad hasta el juicio, pero fue embargado por $ 10 millones. Enfrentará una acusación por “estrago doloso” agravado por las tres muertes y las lesiones con las que quedaron 65 de los heridos. El artículo N° 196 del Código Penal establece una pena de uno a cinco años para quien “por negligencia o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas causare un descarrilamiento, naufragio u otro accidente” en el que hubiera muertos o lesionados.
El abogado de parte de los familiares de las víctimas, Gregorio Dalbón, explicó: “El procesamiento es muy sólido. La negligencia de López fue muy grande. Puede ser que antes de fin de año vayamos al juicio oral”. (Clarín)