13/09/13
Trenes: otra “estatización” que no es más que un cambio de nombre
Como lo hicieron hace un mes con otro ramal, el Gobierno sólo modificó la relación contractual entre el Estado y la empresa privada que seguirá operando el Sarmiento y Mitre. Randazzo prometió que habrá más control.
Tal como había sucedido hace un mes cuando comunicó la medida para otros ferrocarriles metropolitanos, el Gobierno volvió a anunciar una “estatización ferroviaria” que no es tal y que solo implica un cambio más formal que de fondo en la relación contractual que el Estado mantendrá con la empresa privada que opera los trenes de las líneas Sarmiento y Mitre.
Más allá del “relato estatizador” que intentó instalar el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo y el gremio oficialista de la Unión Ferrroviaria (UF), lo que se oficializó ayer es un cambio en el esquema de gerenciamiento vigente con la empresa UGOMS y una promesa de mayor control estatal en lo que respecta a las inversiones y obras de infraestructura.
Por medio de la resolución 1083, Randazzo decidió transferir la fiscalización y administración del convenio vigente con la UGOMS a las dos ferroviarias estatales que fueron creadas en 2008: la OFSE (Operadora Ferroviaria) y la ADIF (Administración de Infraestructuras Ferroviarias).
Lejos de desaparecer la UGOMS –la compañía privada que desde mayo del año pasado integran Metrovías (del grupo Roggio) y Ferrrovías (grupo Emepa)– seguirá operando los servicios de las líneas Sarmiento y Mitre. Dejará de depender de la Secretaría de Transporte cuyo titular está alineado con el ministro de Planificación, Julio De Vido y quedará bajo la lupa y control de las ferroviarias estatales que manejan dos incondicionales de Randazzo.
Al igual que lo resuelto en agosto para la UGOFE–la operadora privada de las líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur–; la nueva resolución establece que la OFSE tendrá a su cargo el seguimiento de los servicios de la UGOMS y que la ADIF gestionará parte de las obras de mantenimiento y las inversiones específicas en infraestructura previstas para los ferrocarriles Sarmiento y Mitre.
Las cinco líneas metropolitanas que ahora aparecen involucradas en estos cambios tienen dos puntos en común. En primer lugar, todas fueron restatizadas por la administración kirchnerista entre 2004 y 2012 por los incumplimientos de inversiones y los pésimos servicios de los concesionarios privados.
Y en segundo lugar, todas las líneas –después de que el Estado se hiciera cargo del personal y del pago de los sueldos– pasaron a tener una nueva “operadora privada” que fue contratada en forma directa.
En el caso de las líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur; el que había adjudicado el gerenciamiento privado fue el polémico Ricardo Jaime. En cambio, el que buscó una operadora privada para el Sarmiento y Mitre fue De Vido con un aval posterior de Randazzo.
Tanto a la UGOFE –que también integran Metrovías y Ferrovías–, como a la UGOMS, el Gobierno acordó pagarle un honorario mensual por sus tareas operativas, algo que ahora, y más allá de los cambios formales, seguirá vigente. (Clarín)