19/07/13
La estación Termas es un refugio para el arte
La parada terminal del desparecido ramal C-10 del ex Belgrano funcionó más de 40 años. Se habilitó en 1929 y se clausuró en los 70. Sin vías, playa de maniobras ni vestigios de señales, el edificio para viajeros es sede de dos museos y de una oficina pública.
El poeta español, crítico literario y catedrático de la Universidad de Granada, Luis García Montero, considera al ferrocarril
"no sólo como un medio de transporte sino también como una máquina llena de cultura. El tren permite que los viajeros coloquen su alma entre el equipaje y las conversaciones. Y la relación entre un autor y un lector se parece mucho a la complicidad de dos extraños sentados en el mismo coche".
Quizás por ello la otrora estación ferrocarrilera Termas de Río Hondo cobije desde 1999, en dos alas de sus instalaciones, a dos museos: el de Artesanías Regionales y el de Artes. Y en la restante, a la oficina 489 del Registro Civil de Santiago del Estero.
La parada terminal del desaparecido ramal C-10 del ex Ferrocarril General Belgrano, se localiza en un predio que fue acotado a la avenida Presidente Perón, hacia el norte, y al bulevar Perón, al sur; el límite este lo establece la avenida Juan Bautista Alberdi sobre la traza de la ruta nacional 9 y la avenida Belgrano, demarca el oeste.
Cuatro décadas
Durante cuatro décadas los habitantes de la villa turística, conocida antiguamente como Miraflores, disfrutaron de las comodidades y beneficios de esta prestación del transporte sobre rieles. Precisamente en los años de apogeo del ferrocarril en el país y la región noroeste.
"Mi esposo, Fermín Villacorta, era el conductor del tren que venía a Las Termas. También se desempeñó como secretario general de La Fraternidad. El gremio de los maquinistas. Allá en la sede de Hipólito Yrigoyen 1.938 de la entonces Capital Federal. La estación -mientras señala con su mano donde está la parada- al principio era de madera pero después fue construida al estilo inglés. En este ramal también participaron los alemanes", dijo doña Emilia Esther Parrado Sosa de Villacorta, de 94 años de edad, que reside a una cuadra de la estación.
El Cenicero
La mujer, que el 6 de enero próximo cumplirá 95 años, explicó que por el frente de su domicilio donde hoy se encuentra la plaza doble Manuel Belgrano, se encontraba el triángulo, es decir, las vías por las que la máquina era conducida hasta la plataforma giratoria, donde daba vuelta para poder emprender el servicio de regreso a la capital tucumana.
"Aún más -añadió-. Más atrás se encontraba el cenicero. El lugar donde se les extraían las cenizas de la leña que quemaban y la manga para cargar agua".
"En realidad Yrigoyen se llamaba Juan Hipólito del Corazón de Jesús Yrigoyen", acotó la madura señora, en otra muestra de una prodigiosa memoria.
Importante
Doña Emilia cuenta que el ferrocarril era muy importante para Las Termas. No sólo por las comunicaciones sino también para el comercio, la comunidad y paa el desarrollo turístico a través de la explotación y difusión de sus aguas termales. Y que la línea se terminó de construir en 1929. Y que aunque se habilitó el 30 de julio del mismo año, en una importante y concurrida ceremonia, la estación se inauguró el 1 de septiembre.
La construcción
El ramal Las Termas-Tucumán N (El Bajo), según documentos de la época, fue construido por partes, por el entonces denominado Ferrocarril Central Norte Argentino. El 6 de julio de 1909 se terminó el primer trayecto entre Pacará y El Bracho. En 1911 se alargó hasta Santa Rosa de Leales. A partir del 20 de junio de 1915 la punta de riel se extendió hasta Leales. Y 13 años después se completó el tramo de 66 km hasta Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero.
Una locomotora
"A través del tren llegaban la leche, LA GACETA, las revistas, los productos artesanales de la gente del interior tucumano y del sur santiagueño. También se llevaban de aquí cabritos, pescado y se hacían las compras mayoristas y hasta minoristas de los grandes almacenes de Las Termas, que fue declarada ciudad en 1954", agregó la señora Parrado Sosa de Villacorta, que en 1973 fue electa como primera mujer edil del municipio santiagueño de Río Hondo.
En la parte delantera de la estación, hay una "morocha" (locomotora a vapor) de los años 20, que según Alba Rojas, que realizó varios trabajos de investigación histórica sobre Las Termas, fue traída del museo que había en la estación Tucumán N de El Bajo.
Tres placas
También se pueden apreciar tres placas de bronce sobre una base de mármol blanco. Una evoca la creación de la parada ferroviaria, otra de los ferroviarios de la zona norte y la tercera indica el año de colocación de la máquina 30 de agosto de 1982.
Hacia el lado de la primera manzana del parque Martín Miguel de Güemes se encontraba el tanque de agua de la estación y las vías llegaban hasta la calle Libertad, donde hoy se estableció una feria. En esa arteria existía un paragolpe tope del tendido férreo.
El andén, hacia el lado de las canchas de tenis del polideportivo municipal Gaby Fares Ruiz, fue cerrado, aunque aún se notan los arcos. Por cierto, no quedaron rastros de las vías. Todas fueron retiradas a partir de 1980, cuando el Gobierno nacional, a través de una licitación, dispuso que las levantaran.
El ramal incluía 21 escalas hasta Pacará
"El ramal Termas-Tucumán contaba con 21 escalas, entre estaciones, apeadores y desvíos, hasta Pacará. Pero sumaban 26 hasta Tucumán N, en El Bajo", contó con cierto orgullo don Arnaldo Reguilón, de 79 años, hijo de un ferroviario.
La familia Reguilón reside en una vivienda de la avenida Belgrano, próxima a la estación termense. "Mi padre era cambista y fue trasladado de Rosario de la Frontera para aquí. Mi madre padecía un reuma que la tenía a maltraer, pero con las aguas termales de este lugar se curó y vivió hasta los 103 años", contó don Arnaldo, que no pudo disimular sus emociones mientras recordaba a sus progenitores y hablaba del ferrocarril.
Sin preámbulos ni formalidades buscó fotografías en su dormitorio pero sólo pudo rescatar dos, de su padre con amigos ferrocarrileros con ropa de esa época. Y sin mediar excusas, pasó a enumerar las paradas que atravesaba el ramal C-10: "arrancaba en Termas, pasaba el apeadero Pérez de Zurita y luego La Donosa, que estaba en la línea del límite. Las tres eran de Santiago del Estero. Luego venían las de Tucumán: El Guardamonte, apeadero Miguel Lillo, Nueva España, Cachi Huasi, Leales, Cachi Yaco, Santa Rosa de Leales, parada Sueldos, La Encantada, Palá Palá, Esquina, El Bracho, apeadero 791, finca Elisa, desvío Polito, desvío Retiro, desvío Bustamante Pacará, La Aguadita, San Andrés, Gobernador Nougués, Mate de Luna y El Bajo.
La estación con techo a dos aguas y la galería del andén fueron cerradas. Sólo una vieja casilla ubicada en el frente de la segunda parte de la plaza Manuel Belgrano quedó como único legado de esos tiempos ferroviarios. Tampoco existe la plataforma giratoria, que se encontraba sobre ese sector y los galpones que estaban en el predio del complejo polideportivo. Toda esa zona fue parquizada y urbanizada durante la intendencia de Juan Carlos Vagliatti.
DESDE EL ANDÉN TERMENSE
- DOS TRENES DIARIOS.- "Había dos servicios diarios de trenes con clase única, que partían a las 6.30 y 16.30 desde Termas hacia El Bajo, donde arribaban a las 9.55 y a las 20, respectivamente. También llegaban tres cargueros por semana", recordó doña Emilia Esther Parrado Sosa de Villacorta (foto de la izquierda)
- POCOS HABITANTES.- La villa de Río Hondo, en sus comienzos, no tenía más de 300 habitantes, hasta que fueron apareciendo los primeros hospedajes. El primer hotel data de 1884 y con el transcurso de los años la villa creció y más aún con el ferrocarril. Hoy su expansión sigue en pleno auge.
- DEBAJO DEL AGUA.- La necesidad de regular las crecidas del río Dulce motorizó la construcción del dique Frontal. Ello hizo necesario que la antigua villa fuera trasladada a la zona alta, donde se hallaba la estación del ferrocarril. El dique se inauguró en 1967 y la villa original quedó cubierta por las aguas.
- COCHE MOTOR.- "A diario solía venir un coche motor que transportaba las personas que venían a jugar al casino de Termas. Este arribaba a las 21. Los domingos sólo había un servicio de trenes clase única que partía a las 17.35 y llegaba a las 20.33 a El Bajo tucumano", recordó Arnaldo Reguilón (foto de la derecha)
- CLASE UNICA.- Todos los días partían dos trenes desde Leales a El Bajo. Uno a las 5.52 y otro a las 13.17, que arribaba a la estación Central Norte a las 7.50 y 15.10, respectivamente. Y desde Tucumán N retornaban a Leales a las 10.50 y 18.08 que llegaban a las 12.47 y 20.06, respectivamente.
- RAMAL MUERTO.- El trazado del ramal C-10 se estancó en la Villa de Río Hondo, ya que nunca se llevó adelante la prolongación pautada hasta la capital santiagueña. Se clausuró en la década del 70 y se volvió un ramal muerto. Siete años después, las estaciones de su recorrido se cerraron y en 1982 se levantaron las vías.(La Gaceta)