05/07/13
Tras el paro, se desató una crisis en Transporte y se preparan cambios
Ayer, cerca de los despachos del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, todo estaba convulsionado. Hubo varias reuniones en las que se repasaron una y otra vez las responsabilidades por lo ocurrido y se trazaron los pasos a seguir. Hay una primera certeza: Randazzo ha decidido prescindir de varios funcionarios con fuerte vínculo con La Fraternidad. El gremio que maneja Omar Maturano fue el mandamás de la Subsecretaría de Transporte Ferroviario hasta hace nueve meses. Desde 2008, allí estuvo sentado Antonio Luna, un ex maquinista del ramal Roca. El directivo del sindicato logró sobreponerse al cambio de mando en las gestiones de Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi como secretarios de Transporte. Pero a principios de septiembre pasado, después de quedar imputado en la causa en la que se investiga la tragedia de Once, Randazzo le pidió la renuncia. El 4 de ese mes, dejó el cargo que asumió el ex interventor de Trenes de Buenos Aires (TBA) Raúl Baridó. Otro de los alfiles de La Fraternidad es José Nicanor Villafañe, presidente de la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF). Ayer no eran pocos los que aventuraban que son pocos los días que le quedan en su cargo. En la Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse) -una empresa estatal que ahora opera el Tren de la Costa, un ramal de Realicó a Lincoln y algunos trenes interurbanos en Salta y Chaco-, también hay un hombre de La Fraternidad. Se trata de Agustín Special, dirigente del gremio y vicepresidente de la empresa. No hubo nada oficial, pero las horas de Special están contadas. La relación entre la Casa Rosada y La Fraternidad parece no tener demasiado retorno, pese a que el gremio es uno de los que están encolumnados en la CGT oficial, que dirige el metalúrgico Antonio Caló. Ayer, el Gobierno presentó una denuncia penal contra Maturano. En la causa, que quedó a cargo del juez federal Julián Ercolini, se acusa al sindicalista de violar el artículo 194 del Código Penal, que dispone sanciones para quien impida, entre otras cosas, el buen funcionamiento de los servicios de transporte terrestre. Pero eso no es todo. En la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), organismo clave en la eficiencia y el control de los servicios, las aguas tampoco estaban calmas. Durante la tarde, en el rincón de la Casa Rosada donde funcionan las oficinas de Randazzo, el nombre del interventor de la CNRT, Ariel Franetovich, se escuchó varias veces. Allí habrá cambios y todo parece indicar que el ex ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires no seguirá al frente del organismo. Incluso más: algunos lo daban por renunciado a última hora de anoche. Para sucederlo se escucharon varios nombres, pero el que más firme sonó fue el de Fernando Manzanares, actual subdirector del Registro Nacional de las Personas, uno de los organismos estrella de la estructura de Randazzo. El futuro de Franetovich igualmente quedará ligado al transporte. Si bien no hubo ninguna manifestación oficial, Randazzo barajaba anoche dos destinos posibles para uno de sus colaboradores. El primero es la ADIF. Sucede que el organismo quedaría acéfalo si efectivamente se decide la salida de Villafañe. La otra oficina posible es la Subsecretaría de Regulación Normativa de la Secretaría de Transporte, una dependencia creada por el ministro en agosto de 2012. Allí fue nombrado el por entonces interventor de la CNRT Antonio Sícaro. Pero el flamante subsecretario renunció cuando se hizo público que estaba imputado por la tragedia de Once. El cargo, desde entonces, está vacante. Más allá de la renuncia, Sícaro sigue siendo una pieza clave en el mundo de la regulación del transporte. Hay quienes dicen que de su puño y letra salen aún la mayoría de las regulaciones que se aprueban. (La Nación)