16/01/13
La revolución productiva de Randazzo
Tardaron casi diez años en anunciarla, pero al fin llegó. Dijo el ministro Randazzo: “Puedo asegurar que cuando todo esto esté funcionando, se va a notar una verdadera revolución en el transporte”.
Nadie le pide semejante hazaña. Alcanza con que los trenes sean suficientes, salgan y lleguen a horario, estén limpios, no tengan las ventanas rotas y las puertas se puedan cerrar. Comparado con lo que hay hoy, eso ya sería revolucionario.
En 2008, el Sarmiento circulaba con 24 formaciones de 9 vagones cada una. Hoy, en el mejor día funciona con 16 formaciones, muchas veces de 8 vagones. Un estudio de usuarios y ferroviarios agrupados en un programa llamado VIAS dice que casi el 20% de los trenes se encuentra en mal estado. También, que de 576 ventanas relevadas, 92 se encontraban rotas o con faltantes. Y que sobre un total de 432 puertas, 83 no cerraban o estaban averiadas. Nada que los pasajeros no sepan de sobra.
Los trenes no están estancados como el agua de un lago: están peor. El Roca tuvo el año pasado un 10% de servicios menos que en 2010. Y el Mitre tampoco resistió la desidia y la falta de inversiones de los últimos años. La línea fue la primera que se electrificó y un lujo respecto de las otras. Pero hoy sufre una degradación operativa y una infraestructura en estado crítico. Lo comprueban a diario los usuarios con cancelaciones, demoras y hasta descarrilamientos.
Hay arreglos y reparaciones de vías previstos desde hace diez años que aún no se hicieron. En 2000, en el ramal Retiro-Tigre había 15 trenes en servicio y otros 2 de reserva. Y todas las formaciones eran de 6 coches. Hoy sólo hay en servicio 10 trenes, pero de 5 coches cada uno. La misma reducción se da en los otros ramales. La línea perdió en 2005 unos 20 coches, transferidos al Sarmiento para reemplazar otros incendiados y destrozados. La política del parche permanente.
En larga distancia queda poco o nada en pie. Sólo el año pasado se cancelaron 136 servicios. Los más famosos fueron El Gran Capitán a Misiones, que no llegaba nunca, y el internacional a Paso de los Toros, Uruguay, que dejó de funcionar casi al mismo tiempo que lo inauguraban Cristina Kirchner y Mujica. Antes, desde Buenos Aires era posible viajar a casi todo el país. Ahora, apenas a Córdoba y a Tucumán. El tren a Mar del Plata ayer protagonizó otro papelón. La locomotora se rompió dos veces y los pasajeros quedaron nuevamente varados (pág.30).
En 2011, el Gobierno había anunciado que iban a funcionar “los nuevos equipos Talgo adquiridos a España”. Pero de los seis comprados, llegaron dos que están parados en Chascomús . También se importaron unos 300 trenes usados: sólo un tercio está operativo. Mala gestión, improvisación y gastadero de plata por donde se lo mire. Si llega a existir, la revolución de Randazzo viene con mucha demora. (Clarín)