05/11/12
Comenzó la venta de pasajes de tren para las fiestas y fue un caos
La gente tuvo que hacer largas colas, hubo discusiones y muchos no lograron comprar.
Falta poco para las Fiestas y muchos argentinos quieren viajar para poder brindar con familiares que viven en otras provincias o para empezar sus vacaciones. Pero no cualquiera puede pagar un boleto de micro. Una familia de cuatro personas gastaría en promedio unos dos mil pesos para ir y volver de la costa. Y más del doble si pretende moverse hasta una provincia más lejana. Esos costos son cifras imposibles para muchos. Así, la única alternativa que les queda es el tren. Hablamos de formaciones viejas con vagones desvencijados que salen a destiempo y tardan siglos en completar sus itinerarios, pero que tienen la única ventaja de ser económicos. Por eso es que la gente soporta ese sinfín de incomodidades con tal de poder llegar a destino. Pero como además hay pocos servicios, enseguida se agotan los pasajes. Así que la gente se acostumbró a ir a la terminal varios días antes para sacar sus pasajes, y a veces ni siquiera durmiendo semanas en la estación logran conseguirlos. Eso es justamente lo que ocurrió ayer, y de allí el lío que se armó, producto de la bronca de la incómoda espera sin información y la frustración de irse sin los boletos esperados.
De repente, en un momento de la mañana, la empresa que comercializa los pasajes, Ferrocentral, suspendió la venta que, durante la semana, había anunciado que empezaría ayer. Algunos pasajeros ya habían logrado obtener sus boletos, pero a los que no, les cerraron las ventanillas en sus narices. “Estoy desde el 14 de octubre, viajo a Tucumán. Estuvimos muchos días durmiendo en el suelo, sobre un cartón, sin baños, recién el miércoles pusieron la fecha que daban los pasajes para hoy, al final lo pude conseguir”, dijo una mujer que tuvo suerte. “Hay gente que tiene pasaje, pero todos sufrimos esta semana. Es una vergüenza lo que esta pasando, estamos desde hace una semana por pasajes a Tucumán y no pudimos conseguirlos”, se quejó un hombre que no tuvo suerte.
En general, los trenes que circulan hoy por el país están muy deteriorados, ya no prestan servicios de cafetería ni tienen aire acondicionado o calefacción. Las razones del acampe y la espera son puramente económicas, ya que la diferencia entre los pasajes en ómnibus y los de tren son abismales. Por ejemplo, un viaje de ida a Tucumán sale desde 554 pesos; en tren cuesta, el más barato, 45 pesos.
A la tarde volvieron a venderse pasajes, pero el malestar siguió porque se provocaron algunos cruces entre las personas que esperaban su turno desde hace semanas y aquellos que recién habían llegado ayer a la estación al enterarse que la empresa estaba vendiendo los pasajes. Entonces a veces daban prioridad a mujeres que estaban con bebés o chicos a upa, o gente mayor, y los que esperaban hace días reaccionaban indignados. “Si sabía me traía a mis siete nietos”, gritó una señora que estaba bastante nerviosa.
Además, los pasajeros se quejaron de la falta de organización y el maltrato por parte de la empresa debido a que, por ejemplo, cerró los baños, no organizó las filas y no atiende reclamos a través de sus líneas telefónicas.
La empresa no emitió ningún comunicado. Ferrocentral viaja al centro y al norte del país. Los destinos son Rosario, Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán. Es una empresa constituida por Nuevo Central Argentino (NCA), concesionario de los servicios ferroviarios de carga del ex Ferrocarril Mitre, y por Ferrovías, concesionario del servicio de pasajeros del ex Ferrocarril Belgrano Norte. (Clarín)