17/10/12
Más dudas sobre el testigo del caso Ferreyra que denunció su secuestro
Aseguran que Severo había inventado un autoatentado en 2010
El 21 de octubre de 2010, pocas horas después de que Mariano Ferreyra perdió la vida al ser atacado por una patota de la Unión Ferroviaria (UF), Enrique Alfonso Severo –ex gerente de la empresa Ferrobaires– apareció en todos los medios para denunciar que había sufrido un atentado. Tras relatar que en la madrugada su casa había sido atacada con una ráfaga de balas, el ex ferroviario sostuvo que “no sucedió una desgracia porque tuvimos un Dios aparte”.
Severo conectó aquel atentado con el crimen de Ferreyra y apuntó sus dardos contra referentes de Ferrobaires y del duhaldismo, que según él estaban vinculados con la Unión Ferroviaria (UF). Lo que se desconocía hasta hoy, es que a pocos días de cumplirse dos años de ese hecho, Severo quedó seriamente comprometido por un ex socio que denunció que dicho atentado fue “armado” con el fin de sacar provecho de la situación. Severo es el mismo testigo que “desapareció” por 24 horas entre el 3 y el 4 de octubre pasado, en un supuesto “secuestro” que aún hoy es objeto de sospechas.
En la causa 07-02-014768-11 que la UFI 4 de Avellaneda lleva para esclarecer el atentado del 2010, el ex socio de Severo que se presentó a declarar bajo el paraguas de testigo protegido y afirmó que ese ataque fue planificado y ejecutado por allegados y familiares . Según la información obtenida por Clarín , los datos que aportó el testigo fueron los siguientes: - Los que tirotearon la casa fueron Ezequiel, alias el Chipa, y Nicolás Tardizio.
- Las armas utilizadas fueron una Magnum 9 milímetros, una 32, una 22 y una 12,70 traídas por Ezequiel de Villa Corina.
- El auto –un Corsa Gris con vidrios polarizados– lo aportó Juan Carlos Severo (hermano de Alfonso). El conductor fue un mecánico amigo de Severo de nombre Jorge que tiene un taller mecánico en Rivadavia 1950 de Sarandí, donde después quedó escondido el vehículo.
- A las 2 de la mañana y tras esperar que la gente del barrio se fuera a dormir, Severo dio la señal para tirotear su propia casa luego de esconderse en la pieza del fondo.
Tras la declaración efectuada por el testigo protegido a fines del año pasado, los investigadores pudieron detectar el vehículo y comprobaron otra serie de datos sobre unas 60 tarjetas de débito que Severo les había retenido a empleados de Ferrobaires. Según la denuncia del ex socio, Severo y su hijo se encargaban de cobrar los sueldos de esos empleados en los cajeros automáticos y se quedaban con el 75% de los montos extraídos.
Por este motivo y el supuesto cobro de facturas truchas, Severo fue despedido con “justa causa” de Ferrobaires, a fines de 2011 por el interventor Antonio Maltana.
Además, desde 2002 hasta ahora, Severo apareció involucrado en 8 causas judiciales por robos, amenazas, defraudación, abuso de armas y lesiones. En dos de ellas, fue sobreseído. En tres, solicitó el beneficio de la “probation” cambiar las condenas por tareas comunitarias. Y aún tiene abiertas otras tres causas, una de cuales es una denuncia por amenazas de su propia esposa, Silvia Nuñez. (Clarín)