22/05/12
Trenes: inversiones cubren sólo 10% de lo que se necesita para sostener el servicio
Los números oficiales ponen al descubierto la debilidad del sistema ferroviario metropolitano: si bien durante el kirchnerismo la inversión en transporte público triplicó a la de los años ‘90, el grueso de los desembolsos se destinaron al ámbito vial –en torno al 80%–, mientras que la “niña fea” del sistema fueron los trenes. Eso condujo a que hoy las líneas que integran el sistema metropolitano –unen la provincia con la Ciudad de Buenos Aires– sólo reciban un 10% de las inversiones que necesitan para mantener las condiciones actuales de funcionamiento del sistema, sin tomar en cuenta cualquier mejora en la prestación. Los números surgen de un estudio elaborado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas Para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). De acuerdo con el trabajo, elaborado en base a números públicos, las inversiones en los ferrocarriles metropolitanos alcanzaron entre 2003 y 2010 los u$s 50 millones anuales en promedio. El texto, cuyo título hace referencia a la tragedia del 22 de febrero en la estación Once, donde murieron 51 personas, compara ese número con la inversión anual requerida para reponer la depreciación de un sistema de la magnitud de los ferrocarriles metropolitanos. Su valor, si se lo quisiera construir actualmente, rondaría los u$s 20.000 millones (considera los 500 kilómetros de mayor demanda y se excluye el derecho de vía). “Además, las necesidades de reposición, de acuerdo con el ciclo de vida de los componentes ferroviarios y la obsolescencia tecnológica, no deberían ser inferiores al 3% anual. Esto implica que debe preverse una inversión no menor a u$s 450 millones anuales solo para reponer los componentes que se desgastan”, sostiene. “Desde 2003 los precios están congelados y hubo un 40% de caída en la tarifa en términos reales, en un contexto de inflación, es decir, de aumento de costos. Hoy, además, tres cuartos de las erogaciones del sector corresponden a salarios. La diferencia se cubre con subsidios”, explicó Lucio Castro, director del Programa de Integración Global del CIPPEC. De acuerdo con el especialista, las subvenciones por parte del Estado hacia los trenes es habitual en todo el mundo, pero en la Argentina están exacerbadas. “En el país los subsidios explican un 80% de los ingresos de los concesionarios. En el resto de América Latina, en cambio, no supera el 35%. Y se subvenciona a la oferta (a las empresas)”, completó. Sin herencia El informe del CIPPEC sostiene que la situación actual del servicio ferroviario no se debe a una herencia del menemismo, sino que es una gesta propia del modelo K. Es porque el atraso en la tarifa, la falta de readecuación de contratos tras 2001 y la inflación “redujeron a los concesionarios al rol de administradores”. Así, “no hay incentivos para mejorar el servicio, ya que ni transportar más ni transportar mejor incide en sus resultados, ni pueden afrontar las inversiones necesarias con recursos propios (la baja tarifa no se los permite y no son sujetos de crédito). Se limitan entonces a recibir recursos públicos y administrarlos por cuenta y orden del Estado”, concluye el trabajo. (El Cronista)