16/04/12
La tragedia de Once recobra visibilidad
La primera vez que habló en público de la tragedia de Once, luego de un silencio de cinco días, Cristina Kirchner dijo en un acto en Rosario que “necesitamos saber qué pasó y quién es el responsable”. Fue penoso ver en el palco la reacción coral de funcionarios, legisladores y militantes calificados: como resortes programados para el arte menor de la obsecuencia se pusieron de pie para aplaudir lo menos que podía esperarse de una jefa de Estado. Que asumiera en nombre de toda la sociedad la tarea de identificar a los responsables de las 51 muertes y más de 700 heridos. Hoy vence el plazo que el juez de la causa, Claudio Bonadio, les impuso a los peritos, lejos de los 15 días que en aquel mismo acto la Presidenta había exigido para tener pistas certeras del desastre . Según los primeros trascendidos, que Clarín publicó ayer en exclusiva, el sistema de frenado del convoy 3772 funcionaba y no habría sido activado al llegar a la estación. Esto complicaría al único imputado en la causa, el maquinista Marcos Córdoba, pero la última palabra de los peritajes no está dicha ya que el juez podría extender el plazo. Y un maquinista contó a la Justicia que viajaba el triple de pasajeros permitidos. Más allá del resultado del peritaje, el Gobierno necesita desprenderse de la responsabilidad de una política de transportes errática , como si no fuese virtual socio de los dueños de la concesión. Los Cirigliano manejan TBA desde los tiempos de Menem, pero fue con los Kirchner que su negocio creció de modo exponencial. Hoy la empresa tiene una intervención formal, nuevamente prorrogada, de relevancia menor en temas operativos. Pero el juez no sólo pidió el peritaje técnico a punto de difundirse, también dispuso uno contable para investigar cómo usó TBA los millonarios subsidios del Estado , las inversiones que realizó y los controles que tuvo, si los tuvo, sobre el cumplimento de la concesión . De donde el peritaje técnico final es sólo una parte de la cuestión. El fiscal, Federico Delgado, basa su línea de investigación en que las condiciones en que se prestaba el servicio y la falta de controles fueron determinantes de la tragedia. Va más allá del comportamiento del maquinista. Y de eso el Gobierno deberá hacerse cargo, tarde o temprano. (Clarín)