17/10/11
Linea B: 81 años transportándote
El  17 de octubre de 1930 viajaban 190 mil pasajeros en el primer día de servicio  de la línea B,  para convertirse 81 años después en la línea más utilizada de la red. Reseña histórica  y recorrida fotográfica por la línea roja de la Avenida Corrientes.      Luego de un intento fallido  municipal por hacer su propio subte, en 1909 la Compañía de Tranvías  Anglo-Argentina (CTAA), dueña del 80 % de la red tranviaria de la Ciudad,  presentó a las autoridades comunales un proyecto de cuatro líneas de “tranvías  subterráneos”, de las que llegó a construir y a operar sólo una: la actual  línea A. Si bien el plan de la Anglo no cumplía con los objetivos de  integración ciudadana que se buscaba con el Metropolitano de 1907, la empresa  poseía los capitales para comenzar la inmediata construcción de su red. Casi al  mismo tiempo, el Ferrocarril Oeste presentó un proyecto ante el Congreso  Nacional para construir un túnel entre Plaza Once y el Puerto que se superponía  con el trazado de la línea I  del Anglo. Así estalló un conflicto de jurisdicciones que marcaría la  construcción de subtes hasta la actualidad.  Según  el Estado Nacional, el subsuelo capitalino pertenecía a la Nación, por lo que  la MCBA no podía otorgar permisos para la construcción de subterráneos. La  Municipalidad, en cambio, argumentaba que el subsuelo era de su jurisdicción  por sencillas razones geográficas. Además, esta se oponía al proyecto del FCO  dado que los ferrocarriles, por encontrarse bajo jurisdicción federal, no  pagaban impuestos a la   Comuna. Los tranvías, en cambio, aportaban un 6% anual al  erario capitalino: la MCBA apoyó entonces el plan de la Anglo. El conflicto se  solucionó finalmente cuando ambas partes acordaron que el nivel superficial  pertenecía a la Municipalidad, mientras que el resto era de la Nación.  En 1912, cuando las obras de  la línea A  avanzaban a toda marcha, la compañía de tranvías Lacroze Hermanos solicitó a la  Nación un permiso para excavar una línea de trenes de carga y pasajeros que  conectara su Ferrocarril Terminal Central de Buenos Aires (en Chacarita) con el  Puerto por debajo de la Avenida Corrientes. No obstante, la Primera Guerra Mundial  y la complicada situación financiera tras la contienda hicieron que los Lacroze  recién pudieran conseguir financiamiento para su proyecto a fines de 1927.  El 16 de octubre de 1928 se inició la  construcción de la actual línea B en las cercanías del Cementerio del Oeste  (actual de la Chacarita). La obra, realizada por el contratista norteamericano  Dwight P. Robinson, incluyó el cruce debajo del arroyo Maldonado y varias  innovaciones tecnológicas que la diferenciaban de la línea del Anglo: gálibo  ferroviario para que los trenes de carga pudieran circular, tercer riel a 550  VCC, escaleras mecánicas, señalización luminosa con paratrenes mecánicos y los  primeros molinetes de la red.   El 17 de octubre de 1930, la línea B inició sus 81 años  de servicio.  Hoy, filtraciones y  “modernizaciones” de dudoso gusto y calidad asedian su infraestructura. Casi  todos sus coches Mitsubishi lucen grafitis, expresión inequívoca de la desidia  de la   concesionaria. Una formación incluso fue plotteada con el  esquema institucional amarillo y gris, debajo del cual se puede adivinar el  rojo arruinado por la suciedad y el grafitti.   Así llega a un nuevo aniversario el otrora Subterráneo Lacroze. (enelSubte)
    
