14/06/19
Por la crisis, el Subte perdió un 25% de pasajeros en lo que va del año
Por causa de la crisis económica y la baja en la actividad, el Subte perdió un 25% de pasajeros en los primeros cinco meses del año en comparación con igual período del año anterior. La caída se sintió muy fuerte en marzo y abril y comenzó a mermar recién en mayo. Las líneas E y C, las más afectadas. En el otro extremo, la D casi no perdió y la H es la única que creció.
En los primeros cinco meses del año, el Subte transportó un 25% menos de pasajeros que en igual período del año anterior como consecuencia de la crisis económica y de la caída del nivel general de actividad.
De acuerdo con cifras oficiales, en los primeros cinco meses de este año la red movilizó 99.536.747 pasajeros pagos, en contraste con los 132.319.719 que viajaron de enero a mayo de 2018.
La caída en la cantidad de pasajeros afecta a todas las líneas de la red –con la única excepción de la H, que aún con la extensión a Facultad de Derecho apenas gana pasajeros–, aunque de manera dispar.
De enero a mayo, las líneas que más pasajeros perdieron fue la E (10,3% menos),seguida por la C (7,2% menos) y el Premetro (7,1% menos). Las líneas A y B perdieron 3,6% y 2,8%, respectivamente. La que mejor aguanta la caída es la línea D, que vio reducida su demanda en apenas un 0,9%.
La línea H, en cambio, es la única que creció: en los cinco primeros meses del año aumentó su caudal de pasajeros en un 6,9%. Este dato, aunque positivo, no llega a contrarrestar la importante baja en el resto de la red. Cabe recordar que se trata de la línea cuya demanda creció en mayor medida en 2018: un 24% más.
Mes a mes
Luego de un enero bastante similar al del año pasado y de un mejor febrero que el de 2018,la red tuvo su primera caída fuerte después del verano.
En marzo, en cambio, la red movilizó 2,2 millones de pasajeros menos que en igual período de 2018. Las líneas más afectadas fueron la C (-14,3%), la E (-10,3%), la A (-8,5%) y la B (-8,1%), mientras que la D perdió un 4,9%.
La tendencia continuó en abril, el mes en que empezó a aplicarse la nueva tarifa de $19,con otra pérdida de poco más de 2 millones en comparación al año anterior. Las líneas más afectadas fueron la E (-14,3%), la C (-12,5%), la A (-8,4%) y la B (-5,8%). La D, en tanto, perdió un 5,2%.
En mayo la caída mermó, con una pérdida poco superior al medio millón de usuarios en comparación con el mismo mes de 2018. Ese mes, cabe aclarar, estaba previsto comenzar a aplicar el aumento tarifario a $21, medida que luego fue suspendida por el Gobierno porteño. Es dable pensar que, de haberse aplicado, la caída hubiera sido mayor.
Pese al freno en la caída, la línea E perdió un 12,9% y la C un 5,3%. Las líneas D y A resistieron mejor, con una disminución de 1,9%, 1,4%, respectivamente. La línea B, en tanto, vio reducida su demanda en apenas un 0,1% durante este mes.
Análisis
Con los datos en mano, no sólo salta a la vista que la demanda del Subte actúa como un termómetro fiel de la actividad económica, sino también de cómo la situación afecta de manera dispar a diferentes grupos sociales.
En efecto, las líneas que encabezan la caída de la demanda son aquellas que o bien discurren por barrios de ingresos medios a bajos (tal el caso de la línea E) o son utilizadas en buena medida por pasajeros de esos sectores, como es el caso de la línea C, que toma el grueso de de sus pasajeros del Ferrocarril Roca y las líneas de colectivos que desde el Conurbano terminan su recorrido en Constitución.
Las líneas que sirven a barrios de clase media tradicional, como la A o la B, también se ven afectadas, aunque en una proporción mucho menor a las anteriores. La línea D, en cambio, apenas siente la caída y tiene una demanda estable y prácticamente inmune a los vaivenes económicos.
La única excepción a la regla parece ser la línea H, cuyo crecimiento se explica más bien por otros factores. En efecto, es la única línea que en el último año sumó estaciones (Facultad de Derecho fue inaugurada en mayo de 2018), a la vez que se trata de una línea nueva en fase de consolidación, que sirve a zonas de la ciudad antes no cubiertas por el Subte, y que por esa misma razón aún está incorporando pasajeros.
La estabilidad en el número de pasajeros durante el verano, en contraste con la caída posterior, es también llamativa. Y es que este dato también tiene una explicación económica, que apuntala la lectura anterior: puede vincularse directamente al mayor número de personas que permaneció en la Ciudad en lugar de viajar por vacaciones. (enelsubte)