17/10/16

 

Descenso a un subte que va del kirchnerismo al macrismo

 

 

De la Plaza de Mayo a Retiro.
Una caminata de siete kilómetros por debajo de la avenida Leandro N. Alem, que permite ver a los porteños por un agujerito.

 

Entre el helipuerto presidencial y la avenida Leandro N. Alem hay un hoyo que despierta curiosidad. Caminar por este plano inclinado, a medida que se pierde de vista la Casa Rosada, lleva a un túnel que conduce a lugares muy poco vistos por los porteños, por ahora.

Para ingresar, el equipo de Viva debe presentar casco, botas reforzadas, seguro de vida y certificado al día de una aseguradora de accidentes de trabajo. Esta caminata por las entrañas porteñas, además, será acompañada por José Acosta, un prevencionista de riesgos de la empresa constructora.

Ida y vuelta, el camino subterráneo desde la Plaza de Mayo hasta el comienzo de la avenida del Libertador, en Retiro, son siete kilómetros de caminata sobre piedras, durmientes de quebracho, vías vírgenes y suelo arcilloso.

El techo es la avenida Alem, lo que quiere decir que en todo el trayecto estamos debajo del Bajo.

Huroneando por las futuras estaciones de subte Correo Central, Catalinas y Retiro, en esta prolongación de la línea E (que hoy llega hasta Bolívar), nos topamos en un momento con un camión bivial, que tiene ruedas para el asfalto pero también discos de acero para circular sobre las vías, como una locomotora.

Lleva y trae piedras para afirmar durmientes y rieles de un subte que se empezó a planificar hace una década, su gestión pasó del gobierno nacional kirchnerista a la administración porteña macrista y se va a inaugurar, con suerte, dentro de dos años.

Pero aquí estamos, y por un agujerito se pueden ver, desde un futuro punto de conexión, a los pasajeros de la línea C, que llegan al Centro a las nueve de la mañana con cara de preocupados.

Legua de basura en tiempos de la colonia, en las primeras excavaciones se encontraron aquí estribos de caballos y huesos de vacas, jarrones y vajilla de la época, entregada al Museo de la Ciudad. Los topógrafos dieron también con una chimenea de una fábrica de gas de coque de 1806 y la parte de un muelle que existió cuando el Río de la Plata llegaba hasta aquí. De hecho, el túnel por el que vamos fue construido en la zona de la barranca hacia el río, luego de la formación de pozos de ataque y tareas de bombeo para bajar el nivel del agua. Y las perforaciones tuvieron que hacerse con mini retroexcavadoras, porque una tunelera como la que se trajo para soterrar el tren Sarmiento hubiera puesto en peligro a los edificios del Bajo, que se podían descalzar y hasta derrumbar. De hecho, la base del CCK necesitó un refuerzo de hormigón para evitar que se desplomara.

¿Y animales más antiguos se descubrieron? ¿Algún gliptodonde, como pasó en Belgrano cuando alargaban la línea D? No se descarta, pero hallazgos de ese tipo suelen extender los plazos de obra. Y la topadora va.

“Ahora estamos a la altura del Luna Park”; “Por ese hueco, ves los edificios de Catalinas”; “Los autos que pasan por encima nuestro son los que bajan por Corrientes y doblan hacia Retiro”, relata Acosta, experto en el recorrido.

Las estaciones están casi listas, aunque todavía sin molinetes. Así que este viaje, además de distinto, nos salió gratis. (Clarín)

 

 


Última actualización Lunes 17-Oct-2016 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar