10/08/16
Bajo tierra, en un clic: un viaje por las galerías de arte del subte
A través de un libro digital se pueden contemplar, sin moverse del asiento, las 450 obras que se exponen en 7 líneas
Como arterias que discurren bajo la piel de las ciudades, las redes de subterráneos hablan de la idiosincrasia de su gente. El subte de Buenos Aires, el más antiguo de América latina, es una auténtica galería de arte bajo tierra, que reúne más de 450 intervenciones artísticas creadas en los últimos 80 años por más de 200 autores. El conjunto abarca grandes murales, mosaicos, esculturas, pinturas e ilustraciones, originales y reproducciones, de diversas épocas y estilos, que rompen con la oscuridad de andenes y pasillos de este transporte que cada día da servicio a un millón de pasajeros.
Recorrer las 86 estaciones de la red y apreciar este legado patrimonial es posible ahora a la velocidad de un clic. De eso se trata el libro virtual Arte en el Subte de Buenos Aires,que incluye imágenes e información de las obras y una biografía de los artistas. La publicación, promovida en el Plan de Gestión Cultural y Patrimonial de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), se presentará hoy, a las 19, en el hotel Hilton.
Disponible para descargar online (www.buenosaires.gob.ar/subte/galeria), permite al viajero desplazarse en la distancia y en el tiempo, ya que las piezas hacen referencia a distintos personajes históricos de la Argentina y a la vida de los barrios donde se emplazan las estaciones.
La línea A, la más antigua de la red, tiene obras de 40 artistas. Por ejemplo, Marta Minujín colocó imágenes de sus instalaciones en la estación Sáenz Peña, cerca de su taller, y Eugenio Cuttica plasmó en San Pedrito retratos de vecinos ilustres de Flores, como Alfonsina Storni y Hugo del Carril, a quien también le dedicó allí un busto el escultor Antonio Pujía. La estación Río de Janeiro recoge recreaciones de la obra Quinquela; Castro Barros, piezas de Julio Lavallén en homenajea al boxeo, y en Piedras hay alusiones a los cafés porteños.
La línea B, con 17 estaciones, despliega intervenciones de 91 artistas. Predominan el arte urbano y los murales cerámicos sobre los pueblos originarios y la cultura precolombina, la pampa húmeda, la jungla sudamericana, la vida en la ciudad, el tango y Carlos Gardel.
La C fue bautizada "la línea de los españoles", por sus obras que evocan paisajes de las ciudades más importantes de la península. Esta línea, de nueve estaciones, construida con capitales españoles, fue la primera en incluir el muralismo, expresión que luego caracterizaría toda la red porteña. En Avenida de Mayo, se reproduce una obra de Fernando Álvarez de Sotomayor, y en Constitución se reproducen en gran formato creaciones de Florencio Molina Campos, bien pampeano.
En la línea D, hay obras de artistas contemporáneos y murales de la década del 30. En José Hernández, por ejemplo, el protagonismo es para Raúl Soldi, con reproducciones de bocetos de las obras que realizó en la cúpula del Colón y en la Galería Santa Fe. En la misma estación, Teodolina García Cabo y su equipo dan vida a obras de Rogelio Polesello con un enorme díptico, y una obra colectiva llena vestíbulos y andenes con gigantografías de Lionel Messi. En Carranza, Nik ubicó Gaturrópolis, y en Palermo, Milo Lockett intervino columnas y el andén central.
En las 15 estaciones de la línea E hay murales, acrílicos, stencils, cerámicos y hasta pintura con vino tinto. Y en la más nueva de todas, la H, el recuerdo de inolvidables cantantes, músicos y compositores que revolucionaron para siempre el 2x4 hizo que este espacio fuese declarado "paseo turístico-cultural subterráneo del tango". Están Discépolo, Piazzolla y una Tita Merello que el muralista Martín Ron estampó en la boca de un túnel. Él firma también una obra en la estación central del Premetro, creada en conjunto con Jaquelina Abraham y Juan Danna.
Sbase es responsable de la conservación y puesta en valor de los murales cerámicos de la red. Ahora avanzan en la restauración del mural El mundo de Mafalda, una tira de historieta entera, de Quino, que recorre varios metros en la combinación de las líneas A y D. (La Nación)