28/06/16

 

El subte que pide nombres

 

 

No tan antigua como la A ni tan Paquetá como la D, la B puede enorgullecerse de ser la más porteña de todas las líneas de subte.

 

Sale como piña del Luna Park, mira de abajo el Obelisco, tapa con su andar estrepitoso los acordes gardelianos del Abasto, sobrevive a Chacarita y se toma un respiro en Villa Urquiza antes de pegar la vuelta.

Como en ningún otro caso, los nombres de sus estaciones son postales de la historia argentina. Hay políticos, militares, científicos y tangueros inmortalizados en sus andenes.

En tren de abarcar todas las expresiones, faltaría alguna de origen deportivo: por ejemplo, José María Gatica en Leandro N. Alem o Atlanta en Dorrego. Otra opción sería homenajear a tantos grandes futbolistas orientales y rebautizar la estación Uruguay como Severino Varela-Walter Gómez, para quedar bien con los de Boca y los de River ... No se trataría de suprimir, sino de agregar. De hecho, hay una Pasteur-AMIA, una Malabia-Osvaldo Pugliese -originalmente Canning, como se lee todavía en unas resistentes mayólicas pintadas a mano- y una Avenida de los Incas-Parque Chas. (Advertencia: si bajás en Parque Chas, te perdés seguro ...) Nuestra Legislatura se debe una discusión seria sobre algunas designaciones. ¿A quién se le ocurrió ponerle Juan Manuel de Rosas a la terminal norte y Echeverría a la anterior? ¿Acaso no saben lo que pensaba el autor de La Cautiva y El Matadero sobre el llamado Restaurador de las Leyes? ¿Para qué agrandar la brecha subterránea que nos divide desde hace casi dos siglos? (Clarín)

 


Última actualización Martes 28-Jun-2016 ---- info@puntaderieles.com.ar / info_punta_de_rieles@yahoo.com.ar