09/12/15
Los ojos del subte: desde un centro de monitoreo, se evitan accidentes en la red
Un grupo de 24 supervisores vigilan desde allí cuatro de las seis líneas; pronto se sumarán las otras; los controladores tienen contacto directo con los maquinistas
      Un operador por línea supervisa la circulación  de las formaciones y se entera de las irregularidades
      Danilo tenía la vista clavada en las dos  pantallas sobre su escritorio. Observaba algo así como una secuencia genética  de ADN en movimiento, aunque menos redondeada. No se le podía escapar nada. Por  suerte, se trataba de un día relajado. Lo que veía eran todas las formaciones  de la línea A del subte en forma de lucecitas de distintos colores y formatos,  y todas circulaban correctamente.
Hace 11 años que Danilo Demonte trabaja en el  Puesto Central de Operaciones (PCO) de la concesionaria Metrovías. Integra un  equipo de 24 supervisores que, a diario y de manera minuciosa, monitorean el  servicio de cuatro de las seis líneas de subterráneo. Tienen vasta experiencia,  como Demonte, que antes fue boletero y guarda.
  "Nos estamos despidiendo de la  campana", decía Danilo, nostálgico, mientras pulsaba ese botón para dar  vía libre a la formación que debía salir desde una de las cabeceras de la A. En  las próximas horas, el sistema para esa línea se sumaría a toda la red y  quedaría automatizado desde el semáforo en la estación.
      El subte porteño cumplió 102 años el martes  pasado y, un siglo después, avances tecnológicos como el mencionado son moneda  corriente en la red que transporta un millón de personas por día.
      Mientras Demonte hablaba con LA NACION, no  perdía de vista que en un par de minutos debía autorizar la marcha de otro  subte de acuerdo con el diagrama preestablecido. El trabajo en el PCO es minuto  a minuto, segundo a segundo.
      La tarea que allí se realiza es tan estratégica  que su lugar de emplazamiento no puede ser revelado, explicaron en Metrovías,  por cuestiones de seguridad.
      En una de las paredes del centro, y bajo un  entorno con poca luz para que resalten aún más los colores de las pantallas, se  refleja el ir y venir de las lucecitas rectangulares que representan a los  trenes. Cada cual en su correspondiente línea: A, B, D y E (la C y la H tienen  controles propios). Si una hilera de figuras se mueve en color rojo sobre una  línea verde, se trata de una formación completa que avanza sobre vías liberadas  para que pueda transitar. El paso fue allanado previamente por el operador que  controla que no haya problemas y que, entre un tren y otro, haya suficiente  espacio.
  "Atento, taller, que va a salir otra  formación", le advertía un operador a otro compañero en la estación. La  comunicación es corta y sencilla. Si el maquinista de un subte tiene algún  inconveniente, basta con que module por la radio que tiene en el tren para que  el empleado del PCO a cargo de la línea se entere.
      Como Sergio, que tuvo que actuar rápidamente. A  las 9.24 recibió la alerta desde una formación de la línea E. "Sí, te  copio", le respondió al maquinista del tren 8. "Necesito una  ambulancia", le indicaron. Una persona se había descompuesto dentro del  tren, a la altura de la estación Jujuy. El operador dio aviso a otro de los  integrantes del equipo, Rafael, que, desde su puesto en la Guardia de  Emergencia, se comunicó con el SAME para la asistencia.
      Al mismo tiempo, Sergio ya había modificado  provisoriamente el diagrama del servicio en la E hasta que la víctima fuera  atendida por los médicos. El operador cliqueó, indicó el cambio de vías  correspondiente para acortar el trayecto y limitó la circulación de los subtes  entre Plaza de los Virreyes y Boedo. La información ya estaba disponible para  los pasajeros. Desde la isla de Atención al Usuario, se comunicó por  altoparlantes, la página web de Metrovías y las redes sociales.
      El PCO comenzó a funcionar en 2001 con la  intención de centralizar la información de la red de subtes y prevenir  accidentes. "Por ahora, la línea H tiene su propio centro de operaciones,  y la C realiza el control desde las cabeceras, pero la idea es unificar  todo", indicó Fernando Raimondo, jefe del PCO, donde también funciona una  guardia de mantenimiento.
      El trabajo en este lugar a media luz no  descansa. Una vez que la última formación se detiene en la terminal, alrededor  de las 23.30, y el maquinista especializado apaga la corriente y cierra las  puertas, comienza la etapa del mantenimiento. Desde el PCO, los operadores de  cada línea -que rotan sus turnos cada seis horas- habilitan el trabajo de  tareas de limpieza y obras hasta cerca de las 4, cuando avisan del cierre y la  zona de vías debe quedar despejada para el momento en que se restablece la  energía.
      Cuando los supervisores habilitan el recorrido  de los primeros coches, los ojos vuelven a posarse sobre las coloridas pantallas.
      Como se dijo, el subte cumplió 102 años. El 1°  de diciembre de 1913, la línea A inauguró el servicio entre Plaza de Mayo y  Plaza Miserere con sus viejos vagones de madera. Buenos Aires se convirtió en  la primera ciudad de América latina en contar con una red subterránea de  transporte de pasajeros.
      Hoy, suman seis las líneas. Y la extensión de la  traza continúa. Tras algunas demoras, el subte llegará a Recoleta en los  próximos días, con la inauguración de las estaciones Córdoba y Las Heras de la  línea H.
      La historia de una red que crece desde 1913
1913
      Línea A
      La primera etapa, que fue desde Plaza de Mayo  hasta Plaza Miserere, quedó inaugurada el 1º de diciembre. El primer día  viajaron 170.000 personas. Para mediados de 1914, se terminó el tramo final  hasta Primera Junta
1930
      Línea B
      Su primera etapa, entre Chacarita y Callao,  culminó el 17 de octubre, dos años después de que comenzaron las obras de  construcción. Durante los dos días iniciales del servicio, ese sábado 17 y el  domingo 18, viajaron en la línea 380.000 pasajeros repartidos en sus 32 coches
      1934
      Línea C
      Su primer tramo, Plaza Constitución-Diagonal  Norte, fue librado al servicio público el 9 de noviembre. En aquella primera  jornada, viajó el entonces presidente de la Nación, Agustín P. Justo
1937
      Línea D
      El primer tramo de las obras de esta línea,  entre Catedral y Tribunales, se inauguró el 3 de junio, con 1700 metros de  túnel, incluyendo un empalme con la línea C de 200 metros de extensión
1944
      Línea E
      El primer tramo, comprendido entre Plaza  Constitución y la intersección de las calles San Juan y Urquiza, se inauguró el  20 de junio. Seis meses más tarde llegó a lo que hoy es la estación Boedo
2007
      Línea H
      La última inaugurada, el 18 de octubre de ese  año. Se extiende por 5,5 kilómetros, entre Corrientes y Hospitales. Llegará a  Recoleta en los próximos días (La Nación)
