06/11/15
Villa Soldati: reclamo por la demora en las obras del Premetro
Se demolió una parada y jamás fue reconstruida; el gobierno promete que este mes se retomarán los trabajos
"Los trenes no se detienen en la estación Fátima", se anuncia a diario en los servicios del Premetro. La advertencia es, al menos, curiosa, ya que hace más de ocho meses que esa parada no existe, pues la vieja estructura fue demolida para su reemplazo por un refugio modelo. Y hoy, sin novedades de la obra, parece que nunca hubiera existido.
"Nos tienen olvidados. Nos prometen y nos prometen, pero nunca cumplen", resalta María Victoria Luro, vecina de Villa Soldati. Su mirada se posa en el lugar donde funcionaba la estación Nuestra Señora de Fátima del tranvía que recorre los barrios del sur porteño. Actualmente, apenas hay pavimento roto y barriles metálicos anaranjados, sin un destino específico. Ni siquiera evitan que la gente, sobre todo las decenas de alumnos de la escuela aledaña, cruce por allí sin señalización alguna. Como no hay parada, el Premetro no reduce la velocidad en ese punto.
A comienzos de 2015, el gobierno porteño anunció la tan ansiada obra que mejoraría el estado de algunas de las paradas del servicio, después de décadas de invisibilidad. Para esta fecha, la estación Fátima iba a destacarse entre las otras con mejor mobiliario y más comodidad para los pasajeros. Luego se mejorarían otras, como las de Somellera, Ana María Janer, Mariano Moreno y Fernández de la Cruz.
Pero en mayo el trabajo se interrumpió. La firma contratada para realizar los trabajos por Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa que administra la red de subtes y Premetro, halló un caño en las profundidades que no había previsto. "Hay que hacer ajustes", informaron entonces las autoridades para calmar el reclamo de los usuarios.
El tiempo transcurrió y las promesas quedaron bajo los escombros, como el viejo refugio de la estación Fátima. "¡Que por lo menos vengan y construyan de nuevo la parada como estaba!", exhorta Pedro Zarza. De esa manera, los pasajeros no tendrían que descender en Janer, a una cuadra y media, y sufrir arrebatos a diario, como denuncian que ocurre frecuentemente.
El comerciante cuenta a LA NACIÓN que, además, hace aproximadamente un mes una vecina cruzó por la estación fantasma, se cayó y se lastimó la cabeza. La preocupación alcanza al párroco Andrés Tocalini, de la iglesia de Fátima, situada sobre la avenida Mariano Acosta al 2900. "El 13 de cada mes viene mucha gente mayor a nuestra sede. Ahora tiene que caminar más y no está preparada físicamente", dijo.
Nueva licitación
La molestia de los vecinos de Villa Soldati no tiene que ver sólo con esta obra en particular, aclaran, sino por la sensación de abandono que atraviesan muchos de ellos en esta zona, una de las más postergadas de la ciudad. "Me dijeron que, a más tardar, el 30 de septiembre continuaban con las obras, pero otra vez fueron promesas vacías", cuenta Fátima Marturano, de una asociación barrial.
Fuentes de Sbase respondieron sobre las demoras: "Hubo un cambio de contratista para las obras. La empresa que ganó la primera licitación finalmente resultó no tener solvencia para desarrollar los trabajos, por lo que el contrato tuvo que ser dado de baja".
Entonces, agregaron, "se llamó a una segunda licitación. La nueva adjudicataria está terminando de presentar la documentación pertinente". Se estima que, para mediados de este mes, comenzarán finalmente las obras.
Una cabecera recuperada
Si bien luce radiante la cabecera Intendente Saguier, en Plaza de los Virreyes, el resto de la traza tiene muchas falencias. Los primeros refugios posteriores a la terminal están deteriorados y oxidados; apenas cubren un estrecho espacio. Por la falta de comodidad, los usuarios esperan el tren sentados en el andén, con las piernas colgando sobre los rieles. En algunas paradas no hay reparo para el sol o la lluvia. (La Nación)