08/06/15
Gremios opositores ratifican el paro nacional de mañana
Será el segundo en menos de tres meses contra la política económica del Gobierno. Reclaman por Ganancias, la inflación y un aumento a jubilados. Rechazo oficialista.
 El  gobierno de Cristina Fernández  afrontará mañana la segunda  huelga general convocada por el sindicalismo opositor en poco más de dos meses  sobre un total de cinco medidas de esta magnitud desde diciembre de 2007. 
      El paro de actividades por 24  horas, pero sin movilización ni acto público alguno, acontecerá el día anterior  al cierre de alianzas electorales con vista a las primarias del 9 de agosto y a  poco más de cuatro meses de las elecciones presidenciales del 25 de  octubre. 
      La medida fue llamada por las  opositoras CGT Azopardo de Hugo Moyano y Azul y Blanca de Luis Barrionuevo y la  CTA Autónoma de Pablo Micheli, después de la iniciativa que tomó la Catt  (Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte), como sucedió en el  paro anterior, el 31 de marzo. 
      Como entonces, los reclamos son  los mismos. “Paritarias libres, la modificación del monto del impuesto a las  Ganancias, un aumento de emergencia para los jubilados, el reparto de fondos de  las obras sociales, la actualización del salario mínimo, vital y móvil, y la  erradicación de la inflación y la inseguridad”, señaló un documento. 
      El texto fue leído el viernes  en la sede histórica de la CGT tras una reunión de los dirigentes de las tres  centrales opositoras para coordinar la medida y luego de que Moyano dijera que  “el responsable de este paro es el Gobierno que no escucha, no los  trabajadores”. Los dirigentes, sin embargo, no atendieron a la propuesta de  Barrionuevo de decidir un plan de lucha que incluya hasta una huelga por “36 ó  48 horas” después s si el Gobierno “sigue sin dar respuesta” a los  trabajadores. 
      El alcance de la medida aparece  garantizado por la adhesión de los estratégicos gremios de colectiveros (UTA,  Unión Tranviarios Automotor) y maquinistas de trenes (La Fraternidad), que  integran la Catt que preside el moyanista Juan Carlos Schmidt y que  participaron en la huelga anterior, a pesar de su pertenencia nominal a la CGT  oficialista que encabeza el metalúrgico Antonio Caló. 
      La entrada en la etapa de plena  negociación de las paritarias del sector que representa la UTA generó temores  en el moyanismo acerca de que los colectiveros pudieran no adherir a la medida  pues el aumento salarial que logren se financia con el subsidio del Estado a  los empresarios. Fuentes cercanas a esa negociación aseguran que existe un  primer consenso para que el aumento a los colectiveros sea en torno a 32 %  (27,8 más sumas adicionales), aunque seguramente no se hará oficial antes del  martes. 
      Pero desde la misma UTA  salieron a aventar esas sospechas al ratificar su adhesión al paro. “Vamos a  participar de la medida porque es una lucha sana y digna para defendernos. El  Gobierno debe entender que con la salud y el estómago (sic) no se jode”, dijo  Roberto Fernández, titular de los colectiveros, quien garantizó la paralización  de los servicios urbanos y de corta, media y larga distancias en todo el país,  como de la mayoría de las líneas del subte porteño. También lo hizo el otro  sector clave del transporte. “Nosotros garantizamos el paro del 9 de junio”,  afirmó el titular de La Fraternidad, Omar Maturano. 
      No adherirán al paro, en  cambio, los bancarios reunidos en La Bancaria, como lo habían hecho el 31 de  marzo. “Habrá actividad normal”, dijo su secretario general, Sergio Palazzo.  Los bancarios lograron en paritarias un aumento de 27,8 %, que con pagos  adicionales (incluida una suma compensatoria por Ganancias) llega a 33 %, con  lo que el salario inicial será de casi 15 mil pesos. 
      Desde el Gobierno salieron en  las últimas horas al cruce del paro que ha sido convocado cuando la mayoría de  los gremios cerró paritarias y después del retoque que  hizo el Ejecutivo  al impuesto a las Ganancias. “El paro es político”, dijo el jefe de Gabinete,  Aníbal Fernández, quien insistió en sostener conversaciones con los  convocantes, en particular la UTA. El funcionario dijo que del mismo modo que  el trabajador que parará tiene el derecho constitucional de hacerlo, “el que  quiera ir a trabajar, que pueda hacerlo”. 
      El ministro del Interior y  Transporte, el precandidato presidencial Florencio Randazzo, dijo a su vez que  el paro es “un despropósito” y cargó sobre el maquinista Maturano y el  colectivero Fernández. “Más que dirigentes sindicales y defensores de los  trabajadores, son empresarios”, afirmó sobre ellos. Responsabilizó además a  Maturano de ser “parte responsable” de lo que sucedió en los ‘90 con los trenes  y recordó que el sueldo promedio de un maquinista ferroviario es de entre 25  mil y 30 mil pesos. 
      El paro en meses electorales  encuentra a los principales dirigentes sindicales opositores fuera de posibles  cargos legislativos para los comicios de octubre. Moyano, por caso, no se ha  pronunciado, aunque por lo bajo tendría algún acuerdo con el jefe de gobierno  porteño, Mauricio Macri.
      La ausencia de sindicalistas en  lugares expectables de la política pareció reconocerla estos días hasta el  propio titular de la UTA, quien aun cuando adherirá a la medida, dijo que “no  me siento opositor ni oficialista”, pero si “hubiésemos participado en política  -reconoció-, la situación sería mejor”.  (Los Andes)
