18/06/14
Tiró gas pimienta en el subte D y provocó demoras en el servicio
Un hombre creyó haber visto a un ladrón y roció el spray entre los pasajeros, que, sin poder respirar, comenzaron a gritar y a desesperarse. La formación estuvo parada durante media hora.
Convencido de que iban a robarle, un hombre accionó su gas pimienta y desató pánico en la línea D de subte. El pasajero creyó haber visto a un ladrón y roció el spray entre las demás personas, que, sin poder respirar, comenzaron a gritar y a desesperarse. La formación estuvo parada durante media hora.
Asustados, con los ojos irritados y con dificultades para respirar, los usuarios del transporte optaron por detener la formación, luego de que un hombre los ahogara con el spray, tras asegurar que había un supuesto punga, que nunca fue identificado como tal.
El hecho sucedió ayer a las 17:45, en plena hora pico en la estación Pueyrredón. Si ya había poco aire en el tren, que suele venir colmado, con el gas pimienta flotando en la atmósfera la situación fue insostenible.
Fue tal el revuelo, que la gente pensó que había ocurrido algo grave, como un incendio. "Vimos a las personas tratando de tomar aire, como ahogadas, y pensamos que se estaba prendiendo fuego algo", señaló uno de los pasajeros.
En toda la estación podían escucharse los gritos de los pasajeros atacados, que se agolparon contra las las puertas queriendo salir del vagón. Cuando presionaron el botón de emergencia, las puertas se arbieron, con el subte ya junto al andén.
De inmediato, un grupo fue a increpar al dueño del gas pimienta para pedirle explicaciones por su reacción. "Hubo golpes, parecía que lo iban a linchar", señaló el testigo del episodio. La respuesta del hombre, de unos 35 años, fue breve y no calmó los ánimos: "Quiero volver a mi casa, estoy cansado", gritaba mientras trataba de sacarse de encima a los empujones a los que lo reprendían.
En medio de la tos de los pasajero, como había sido dado un alerta se llevó a cabo un "procedimiento policial". Sin embargo, no hubo heridos ni detenidos, informó la Policía Metropolitana, que ahora custodia el subte.
La situación lleva a repensar el uso de estos productos de defensa personal, pues el gas pimienta es de venta libre. Su contenido es rociado sobre el rostro del presunto agresor y le provoca inmediatamente un fuerte ardor en los ojos y congestiona las vías respiratorias.
La confusión y el pánico del comienzo se habían desvanecido y un hombre, al pasar, aportó una definición contundente: "Si no nos demora el mal servicio, es por un enfermito". (La Razón)