12/11/13
El subte se va a $ 3,50 y vuelve a duplicar al boleto de colectivo
La nueva tarifa rige desde hoy. El servicio perdería usuarios como en 2012, cuando se aplicó la última suba. Para ahorrar, la gente se volcó a los abonos de $ 2,50: se vendieron un 25% más.
El millón de personas que cada día toma el subte comenzará hoy a pagar el boleto a $ 3,50. La suba llega luego de estar ocho meses trabada por la Justicia, que la terminó autorizando a cambio de que se incluyera una tarifa social para personas de bajos recursos. Con el salto, el boleto del subte volverá a ser más del doble de caro que el del colectivo, y por eso se espera una pérdida leve en la cantidad de usuarios.
La tarifa social de $ 2,50 se podrá empezar a tramitar desde hoy en las oficinas Subtepass de la red. Podrán pedirla los desocupados, quienes reciban planes sociales, los ex combatientes de Malvinas y otros beneficiarios de subsidios. Los jubilados y discapacitados seguirán viajando gratis, y también se mantendrán los abonos especiales para docentes y alumnos.
Pero todos los demás usuarios deberán afrontar el 40% de aumento. De hecho, desde el miércoles que se anunció el incremento hasta ayer, el promedio de 100.000 abonos de hasta 20 viajes vendidos cada día había crecido un 25%, porque la gente compró los cartones por anticipado a $ 2,50 para ahorrarse algunos pesos. En una recorrida, Clarín comprobó ayer que en las boleterías había más personas comprando estos pasajes que cargando las SUBE.
El Gobierno porteño justificó la suba en la necesidad de cubrir los cada vez más altos costos operativos del servicio, especialmente los aumentos salariales de los 4.800 empleados. Si la tarifa no recibiera algún tipo de subsidio debería costar $ 7,47, cifra que surge de dividir la plata que hace falta para que los subtes funcionen ($ 1.868 millones) por la cantidad de pasajeros (250 millones el año pasado). Para que el precio no fuera tan alto, la Legislatura aprobó a fines del año pasado el Fondo del Subte, una vía de subsidios que se nutre de tres canales de ingresos: un aumento en el impuesto de Sellos para algunas actividades económicas; un adicional del 10% en los peajes de las autopistas porteñas, y un incremento en las Patentes de los autos que valen más de $ 150.000.
El tema es que el precio del subte volverá a quedar desfasado respecto del de los colectivos, que no sufren aumentos desde el 21 de diciembre, cuando el boleto mínimo que estaba $ 1,10 se fue a $ 1,50.
Esa brecha podría provocar que haya usurarios que prefieran viajar en colectivo para ahorrar, aún a costa de perder más tiempo de viaje. Se estima que esa caída en la cantidad de usuarios podría rondar el 5%.
De hecho, en enero, cuando la Ciudad confirmó que iba a llevar el boleto a $ 3,50, la Nación salió a pedir que se revisara la medida, para no afectar a los colectivos, cuya administración sigue dependiendo del Gobierno federal. El ministro de Transporte Florencio Randazzo llegó a convocar a una reunión el 18 de enero con funcionarios de Ciudad y de la Provincia, pero ese encuentro terminó sin acuerdos.
Este fenómeno se había marcado mucho más claramente después de la suba de enero de 2011, cuando el subte saltó de $ 1,10 a $ 2,50. En aquel entonces, la red perdió un 20% de pasajeros, que fue aún mayor entre enero y marzo de este año, cuando salió de servicio la línea A para el reemplazo de los vagones. Sin embargo, el inicio de servicio de los nuevos coches, sumado a la inauguración de cuatro estaciones (Echeverría y Rosas en la línea B; Plaza Flores y San Pedrito en la A), más el hecho de que el colectivo había aumentado y se había vuelto a acercar al precio del subte, terminaron generando una recuperación en la cantidad de pasajeros.
La suba tarifaria había estado bloqueada hasta ahora por una medida cautelar pedida por el legislador Alejandro Bodart, del MST. Pero el juez en lo Contencioso Administrativo Pablo Mántaras terminó permitiéndola con la condición de que se estableciera la tarifa social. (Clarín)