08/07/13
“Hay un altísimo nivel de sobreprecios”
Según un relevamiento del auditor Eduardo  Epszteyn, hay diferencias de precios abismales entre lo que se paga por la  construcción de uno y otro Metrobús. En el gobierno porteño dicen que tiene que  ver con cada contratista.
Hay diferencias de  precios de hasta el ciento por ciento entre los materiales comprados para el  Metrobús de la 9 de Julio y el Metrobús que irá de Constitución hasta Puente La  Noria. Según un relevamiento que hizo el auditor porteño Eduardo Epszteyn, las  baldosas o las vigas que se consiguen para las obras centrales de la campaña de  Mauricio Macri puede costar hasta el doble según si son para la 9 de Julio o  para el corredor sur. “Si en lo poco que se puede ver aparecen estas  diferencias, es de imaginar que hay un altísimo nivel de sobreprecios”,  advirtió el auditor kirchnerista. Desde la subsecretaría de Transporte porteña  respondieron que se trata de arreglos que hacen cada una de las empresas  contratadas y que todo el proceso es absolutamente legal.
Durante este mes, Macri tiene planeado  inaugurar el Metrobús de la 9 de Julio, su principal obra de la campaña  porteña. La gestión PRO estima que tendrá 200 mil pasajeros por día, con diez  líneas de colectivos circulando y que reducirá el tiempo a la mitad. Para las  obras del Metrobús de la 9 de Julio y del Metrobús Sur se hicieron dos  licitaciones. La primera la ganó la empresa Riva; la segunda, Bricons. Epszteyn  hizo una comparación de los costos que figuran en los presupuestos oficiales y  se encontró con diferencias de precios de hasta el doble:
- Una viga en el Metrobús 9 de Julio  cuesta 2.262 pesos. En cambio, en el Metrobús Sur, tiene un costo de 3.613  pesos.
- Una baldosa guía de 40 x 40 centímetros  sale en el Metrobús 9 de Julio 176 pesos. En el del Sur, 364 pesos.
- Otra baldosa de alerta amarillo  texturado en el Metrobús 9 de Julio tiene el precio de 179 pesos. En el del  Sur, 426 pesos.
- Una tercera baldosa de advertencia  peltre: 179 pesos en el Metrobús 9 de Julio y 464 en el Metrobús Sur.
- Un cuarto tipo de baldosa (de precaución  amarilla) sale 232 en el Metrobús 9 de Julio y 424 en el del sur.
- Las juntas de dilación cuestan 35 pesos  en el Metrobús 9 de Julio y 46 en el del Sur.
“Hay un nivel de sobreprecios  escandalosos. Se ve en la diferencia de precios en un mismo ítem en ambas  ofertas. Además, la forma de contratación es opaca. Se gastaron el dinero de  mantenimiento de red en la 9 de Julio. Cualquiera que notó problemas en los  semáforos en la Ciudad, es por eso”, indicó el auditor. Desde el Gobierno  porteño, negaron la existencia de sobreprecios. “Todo el proceso de obra  pública se basa en una ley nacional de obra pública. Nosotros les pedimos que  construyan la infraestructura y se lo adjudicamos al que ofertó el menor valor  total. Si Epszteyn cree que hay una estafa, que vaya a la Justicia”, indicó  Juan José Méndez, jefe de Gabinete del subsecretario de Transporte, Guillermo  Dietrich. “¿Por qué hay diferencias de precios? Cada uno tiene acuerdos con los  proveedores distintos, A veces, tienen acuerdos con un fabricante para que se  la vendan más baratos”, indicó Méndez, quien propuso una serie de  contraejemplos: “Algunos item como el botazo (paragolpe en el borde de la  estación), que es más caro en el de la 9 de Julio: 2.026 y en el Sur 1.800. Los  asientos con respaldo en la 9 de Julio cuestan 3.850 y en el sur, en tres mil,  a la inversa de lo que dice Epszteyn”.
Improvisación
Epszteyn observó que la propaganda del  Metrobús indica que el circuito conectará Retiro con Constitución, pero en la  traza los colectivos van de la calle arroyo a Avenida San Juan. No hay  indicación de cuanto tardan en hacer el resto del recorrido (de San Juan a  Constitución o de Arroyo a Retiro). Indicó que no resolvieron la conexión de  Avenida Libertador con Retiro, ni tampoco el que va de San Juan al acceso a la  autopista 25 de Mayo y 9 de Julio sur. “Se lanzan a una ejecución desmesurada  sin tener un análisis o un proyecto completo. Son todas obras que están basadas  en marketing político. No son decisiones que tengan que ver con el  planteamiento urbano ni con el transporte de la Ciudad, sino con la necesidad  electoral de Macri”, afirmó Epszteyn.
“El solo hecho de integrar el Metrobús en  contramano y retirarlo también en contramano en los dos extremos complica aún  más en endemoniado caos existente”, indicó el auditor porteño. La gestión PRO  pensó en dos túneles como una solución. La empresa AUSA lanzó una licitación  para la construcción de esos túneles en la 9 de Julio y San Juan cuando ya está  por concluir la obra central, que tiene un presupuesto total de 115 millones de  pesos. “El Metrobús del Sur es necesario, el otro, no. El Metrobús es una buena  idea, pero en el lugar incorrecto se transforma en un problema”, sostiene  Epszteyn.
Epszteyn advirtió que no se hicieron  estudios sobre si las islas del Metrobús podrán albergar a todos los pasajeros  en las horas pico. Epszteyn indicó que en el caso del Metrobús de Juan B. Justo  tampoco se hicieron los estudios de impacto ambiental, ni del impacto de la  obra sobre el arroyo Maldonado, ni el impacto social y económico sobre el  entorno. “¿Se conoce la estimación de pasajeros que por línea circulante pueden  concentrarse en los horarios pico? ¿Cuántas personas como máximo puede albergar  cada parador? ¿Cuál es la frecuencia de las líneas proyectadas para el  corredor? ¿Qué pasa con las líneas que circulan por Maipú y Esmeralda y no  están incluidas en la traza del Metrobús (por ejemplo, la línea 111 y la 7)?”,  enumeró los interrogantes Epszteyn. Desde la gestión PRO, Méndez indicó: “Todo  lo contrario, las estaciones se diseñaron del tamaño para albergar la demanda  de la hora pico y teniendo en cuenta el crecimiento de la demanda con el  corredor de la 9 de Julio”.
Según señala Epszteyn, los estudios que se hicieron en la 9 de Julio no dicen nada sobre qué impacto tendrá la obra en el subsuelo, donde pasan las líneas de subte y hay caños que no relevaron. “La falta de preparación es tal que la otra vez rompieron un caño maestro. –insistió– Es todo una gran improvisación”. (Pag.12)
