10/10/12
Misión imposible: el guarda que hace reír a los pasajeros del subte
Ruido, calor, empujones, conflictos gremiales, aumentos, traspaso, monotonía. Es probable que el subte de Buenos Aires tenga más connotaciones negativas que estaciones. Sin embargo, en medio de este panorama un hombre decidió burlar la oscuridad de los túneles y dedicarse a sembrar sonrisas entre los pasajeros que día a día miran la pared del otro lado del vidrio.
"Señores pasajeros, estamos próximos a arribar a la estación Los Incas, final del recorrido. Recuerde tomar siempre de la mano a sus pequeños hijos y ojalá tengan un maravilloso retorno a sus hogares", se escucha todos los días en la línea B.
Pedro Kalaydjian tiene 60 años y hace 14 trabaja como guarda. Seis veces por semana recorre más de 100 kilómetros entre Leandro N. Alem y Los Incas en una cabina de dos metros por 60 centímetros. Desde allí, además de anunciar cabeceras y combinaciones, brinda consejos, recomendaciones de seguridad y hasta alguna broma.
Se acomoda los anteojos, asoma la cabeza, mueve su tupido bigote, sonríe y arranca: "Estimado pasajero: cuide sus pertenencias y no se las olvide al bajar. Que tenga una excelente jornada". Los viajantes escuchan atentos a este fundamentalista del buen humor. Muchos no lo entienden. Otros se acercan a felicitarlo. (La Nación)