27/09/12
Un subte más caro, decadente, y sin dueño
Casi un millón de pasajeros viajan cada día hábil en un subte porteño que, en la práctica, no tiene dueños ni responsables. Hacinados en las horas pico, entre el calor y los pungas, los usuarios son rehenes de una puja política que ya superó los 9 meses . Y que amenaza con encarecer un cien por ciento la tarifa solamente para que el servicio siga funcionando. La historia empezó en diciembre pasado: el gobierno nacional decidió transferirle el manejo del subte a la Ciudad de un momento a otro, sin asumir los 10.000 millones de pesos de inversiones adeudadas y con nulo trabajo de planificación. Macri, con temor a rechazar una responsabilidad que había pedido con insistencia, aceptó el desafío a medias tintas. Firmó un acta de acuerdo de traspaso y aumentó el boleto de 1,10 a 2,50 pesos. Lo hizo a sabiendas de que no contaba con el dinero para reemplazar los subsidios al boleto que hoy recibe Metrovías de parte del Estado nacional. Y con la promesa de que la Nación le daría un tiempo para concretar ese traspaso y de que se haría cargo de la inversión en la red para mejorar el servicio. Pero nada de eso ocurrió. Luego de la tragedia de Once, donde 51 personas murieron en el choque del tren Sarmiento, el escenario cambió drásticamente. Al jefe de gobierno porteño, sin presupuesto para el subte y con auditorías negativas en la mano, lo asustó la posibilidad de que algo similar sucediera en el transporte bajo tierra. Y emprendió un plan de escape a la responsabilidad que había asumido, cuyo costo político se midió en la caída del índice de imagen positiva. Hace pocos días, Macri anunció que en su presupuesto para 2013 no prevé fondos para el funcionamiento del subte. Y el gobierno nacional. tampoco. Por esa razón, fuentes del sector especulaban que, sin subsidios, la tarifa del boleto podría subir considerablemente el año próximo, de los actuales $ 2,50 a un costo que oscilaría entre los $3,90 y los $5. Para peor, las negociaciones siguen estacadas y los llamados metrodelegados mantienen en vilo a los usuarios con amenazas semanales de un posible paro por "reclamos salariales y falta de inversión en la red". En los papeles hay un responsable del subte: según el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez, es el Estado Nacional En los papeles hay un responsable del subte: según el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez, es el Estado Nacional. Conforme lo establece el artículo 75 inciso 2 de la Constitución argentina, la transferencia de competencias, servicios y funciones con la correspondiente reasignación de recursos se tendrá que aprobar por una ley del Congreso y una ley de la ciudad de Buenos Aires. Esto aún no ocurrió. "En la actualidad, el gobierno federal es el responsable jurídico de la prestación del servicio de subterráneos y quien debe responder ante la sociedad si se suscitara cualquier eventualidad", dijo Gil Domínguez. La concesionaria Metrovías obtuvo su rédito en esta crisis política: mientras reclama deudas millonarias al gobierno porteño por subsidios impagos, no ha mantenido el subte como corresponde ni en lo más esencial: falta higiene en las estaciones y hay numerosas denuncias por carencia de mantenimiento tanto en las formaciones como en los ascensores y en las escaleras mecánicas. ¿Pero quién debería exigirle un mejor cumplimiento de sus obligaciones? ¿El Estado que hoy está ausente? ¿Y si el boleto aumentara a $ 5, el servicio mejoraría? No, ese dinero se destinaría a cancelar los $120 millones ($85 millones en salarios) que dice gastar Metrovías para operar el servicio. Así las cosas, las chicanas políticas no permiten encontrar una salida tan lógica como necesaria. Kirchneristas y macristas se rehúsan al diálogo y la solución es casi una utopía. "El subte es de la Nación", dicen en la Ciudad. Y el "subte es la Ciudad", dicen en la Nación. Casi como el cuento de la Buena Pipa, aunque, insólitamente, con un millón de pasajeros en el medio. De graciosa y anecdótica, esta historia de irresponsabilidades tiene poco y nada. (La Nación)