07/08/12
Sigue el paro y viajar será otra vez un infierno en la Ciudad
Por cuarto día consecutivo, Buenos Aires  amaneció ayer sin servicio en sus seis líneas de subtes y el Premetro. Ayer por  la noche los metrodelegados confirmaron que el paro continúa hoy, afectando a  900 mil pasajeros. Así, nuevamente los usuarios quedaron rehenes de un  conflicto en el que confluyen intereses políticos, económicos y sindicales. Y  todos desplegaron ayer las explicaciones que ya se transformaron en un mantra:  la Ciudad dice que es responsabilidad de Nación, la Nación argumenta que es  Ciudad quien debe hacerse cargo de resolver el conflicto, Metrovías argumenta  que no tiene dinero y que opera al límite de sus posibilidades, y la Asociación  Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) dice que no tiene otra  salida más que parar.  
 “Están  buscando desgastarnos públicamente, pero tienen que saber que estamos muy  fuertes y firmes en nuestra postura”, le dijo a Clarín el delegado Christian  Paletti. Es que desde que comenzó el paro, el viernes por la noche, no tuvieron  chance de avanzar en las negociaciones con la empresa. Pero además algunos de  los delegados le reclaman intervención a la Ciudad, sin mencionar a Nación, y  otros incluyen a ambos gobiernos. Lo que marca cierta discrepancia en la cúpula  de los delegados .   Lo cierto es que las  medidas de fuerza terminan impactando en la gente, que tiene que salir más  temprano de sus casas, gastar más dinero viajando y padecer el tránsito. Ayer  algunos vivieron la jornada como una tragedia. Otros, como un infierno. Para  todos, fue un lunes maldito. Buenos Aires volvió a colapsar y el efecto recayó  desde temprano como una bomba de tiempo. Tiempo: una hora de espera para subir  a un colectivo en Constitución. Una hora de espera para que llegue un  radiotaxi. Una hora cuarenta para viajar apretado desde Once hasta Retiro.  Cuarenta y cinco minutos para llegar al Centro desde Libertador. La huelga sacó  ayer a la superficie al poco menos del millón de personas que usan a diario  esos servicios y por la mañana el efecto fue devastador: un colapso con  colectivos desbordados y miles de autos que se sumaron a los que a diario ya  llenan la Capital en las mañanas.   
Entre las 8 y hasta pasadas las 10  moverse en la Ciudad tuvo momentos imposibles. Y la situación se agravó aún más  con el accidente del tren en Retiro que paralizó durante todo el día los  ramales Mitre y Retiro-Tigre.  En  Constitución, la bronca era general. “No sé cómo pero alguien tiene que  resolver esto. Salí más temprano que de costumbre pero igual estoy llegando al  trabajo media hora tarde”, se quejó Norma Rosito, empleada en un local de ropa  en la avenida Córdoba. Como ella, Cinthia Caminos, también empleada, se  lamentaba por la situación en la parada de la línea 62. “Vine de Lomas, llevo  20 minutos en la fila del colectivo y todavía tengo una cuadra adelante. Es un  infierno, no hay alternativa para viajar a Retiro, voy a llegar tardísimo”,  comentó. Las líneas 61 y 62, que hacen el recorrido del subte C, tuvieron colas  de hasta una cuadra . “Estamos así desde las seis, tenemos toda la gente del  subte y la demora es lógica”, explicó Arnaldo, inspector de la empresa Plaza.  En Retiro también hubo largas filas desde  temprano. Y en ella fastidio y disgustos. Como si fuera poco, a las 8 una  concentración en los Tribunales dificultó la entrada de algunas líneas. “Estoy  esperando el 33 y por la gente que tengo adelante no sé cuándo voy a subirme a  uno”, se enojó Pablo Lorenzo. Pese a que la medida fue anunciada con  anticipación, la mayoría de las empresas no reforzó sus servicios y los coches  salían completos desde las cabeceras. Eso hizo que de a ratos fuera imposible  que subieran pasajeros en otras paradas.   
Después de las 10.30 todavía tenían demoras de media hora. Y a esa situación se sumó el tránsito intenso y sobrecargado en avenidas y autopistas. En la Perito Moreno, la Dellepiane y la 25 de Mayo se avanzó a paso lento, en la Lugones hubo demoras por un choque y en la Panamericana, que ya es un infierno un día normal, el ramal Pilar fue imposible por un accidente a la altura de Garín. Pasadas las once la situación se alivió. Pero fue sólo por un rato: a la tarde, el infierno volvió a repetirse cuando todos los que habían llegado a la Ciudad intentaron emprender el camino de vuelta. Para aliviar algo la situación, la Ciudad dispuso de un servicio gratuito de micros. Lo peor es que todos los contratiempos volverán a repetirse hoy. Con el usuario enredado en una compleja disputa para la que no se intuye un final cercano. (Clarín)
    
