07/08/12
Una pelea de espaldas a la gente
Para  el que lo padeció ayer, sepa que hoy va a ser peor. Las horas sin subte se  acumulan y el malhumor va irremediablemente en aumento. El paro del fin de semana  que siguió ayer y continuará hoy deja en claro que el conflicto por el subte  entró en un callejón que, por como está planteado el escenario, no tiene salida  a la vista. Básicamente porque los tres actores en juego –Macri, el Gobierno  nacional y los metrodelegados– siguen dando señales de que no están dispuestos  a ceder ni un centímetro.  El jefe de  Gobierno porteño asume puertas adentro como un gran error haber firmado en  enero el acta acuerdo para la transferencia del subte. Creyó –y pifió feo– que  tras las cómodas victorias de Cristina y la suya propia en las elecciones de  2011 se abría espacio para una relación distinta. Y pareció no entender tras  cuatro años de una complicada convivencia que en el universo K no hay lugar  para dar marcha atrás.  Tras la tragedia  de Once anunció lo que ya había decidido antes de que el tren se llevara 51  vidas y dejara más de 700 heridos: rechazar la transferencia. Dijo que todo se  arreglaba con una charla con Cristina. El jueves, en su primer encuentro cara a  cara del año en el acto celebrado en la Bolsa, la Presidenta le enrostró que  está procesado en la causa de las escuchas mientras minimizaba una vez más el  escándalo de los presos que llevan a actos políticos... Sin lugar para ningún  diálogo.  Entonces la cuerda comenzó a  tensarse. Los metrodelegados, que antes hacían equilibrio y ahora acusan  directamente a Macri de la situación del subte, fueron a un paro light de fin  de semana pero sus enemigos de la UTA los dejaron pagando y tuvieron que  ponerse duros. Sin avances en la negociación salarial le van sumando 24 horas a  una huelga que arrancó el viernes a la noche y puede no tener límite. Más que  buscar soluciones todos juegan a ver quién paga el costo político en una pelea  que se realiza dándole la espalda a la gente. El callejón puede efectivamente  no tener salida. Y más de uno salir golpeado. (Clarín)
    
