29/05/12
El tranvía de Puerto Madero, con sólo 25 usuarios por hora
Se lo  anunció como una apuesta importante para mejorar el tránsito en la Ciudad, un  medio de transporte no contaminante que uniría Retiro con La Boca con coches de  última generación. El Tranvía del Este, en Puerto Madero, parecía una buena  idea. Parecía: hoy apenas lo usan 25 personas por hora.  Desconectado del tren y el subte, el tranvía  sólo recorre las 16 cuadras de Alicia Moreau de Justo que van desde Córdoba  hasta Independencia, con dos paradas intermedias en el Correo Central y avenida  Belgrano. Según estadísticas oficiales de la Comisión Nacional  de Regulación del Transporte, el año pasado viajaron 138.449 pasajeros. El  servicio, que cuenta con dos formaciones, circula cada 20 minutos, de lunes a  sábado de 8 a  23 y los domingos y feriados de 9   a 22. La tarifa cuesta $ 1.  Aunque el Gobierno había anunciado que el  Tranvía del Este iba a comenzar a correr en enero de 2006, el servicio tuvo su  primer viaje el 25 de julio de 2007. Se lo había inaugurado oficialmente unos  días antes con la presencia de Néstor y Cristina Kirchner, por entonces  presidente y candidata a presidenta, más el jefe de Gobierno Jorge Telerman.  Había sido un proyecto del secretario de Transporte Ricardo Jaime, hoy  investigado por la Justicia, y contaba con el apoyo del quien por entonces era  secretario de Obras Públicas de la Ciudad, Juan Pablo Schiavi, luego sucesor de  Jaime hasta la tragedia de Once.  Originalmente,  Jaime había informado que los vagones fabricados por la empresa Alstom (la  que iba a construir el Tren Bala) habían llegado sin cargo por un acuerdo  alcanzado con el municipio francés de Mulhouse. En 2009, el Gobierno tuvo que  empezar a pagarle un alquiler a la firma española Mintra, que había adquirido  los tranvías. Como la Nación se atrasó en los pagos y Mintra amenazó con  llevarse las formaciones, el Gobierno las terminó comprando por 5 millones de  euros. La operación del servicio está a cargo de Alstom, Metrovías y Ferrovías.  El Tranvía del Este es uno de los  transportes, junto con el subte y 33 líneas de colectivos, que el Congreso  traspasó por ley de la órbita de la Nación a la de la Ciudad, aunque el  Gobierno porteño aún no los aceptó y cuestionó judicialmente la transferencia. En  el proyecto de ley, el Gobierno informó que había invertido $ 102 millones en  el tranvía, sin contar los costos operativos.   Y este es uno de los puntos más absurdos. El Gobierno gasta unos $  900.000 por mes en subsidiar el tranvía . Es decir, que cada pasajero le costó  al Estado $ 78 por mes en subsidios: si se le hubiera pagado el boleto de  colectivo por esas 16 cuadras a cada persona todos los días ida y vuelta se  hubieran gastado $ 72.   Clarín tomó el  tranvía y se encontró con que los pocos pasajeros son mayormente turistas y  algunos oficinistas de Puerto Madero. “Lo uso una vez por semana para hacer una  estación. Es cómodo pero no suele haber mucha gente, creo que lo máximo que vi  fueron siete personas”, comentó Jaqueline, de 23 años. “Lo uso con poca  regularidad; para los que usamos el transporte público este medio no nos  resulta tan útil y es caro ”, expresó Rubén Andrizzi, de 55 años.  Los coches tienen aire acondicionado, son  confortables y hasta tienen un sistema por el cual el maquinista puede  coordinar el paso de la formación con los semáforos de los cruces que va a  atravesando. Los vagones tienen capacidad para transportar a 64 pasajeros  sentados y 76 parados. Pero va casi vacío. Ni hablar si se piensa en que Buenos  Aires llegó a tener más de 3.000 tranvías que transportaban a más de 600  millones de pasajeros por año.  Distinto  sería el panorama si el tranvía permitiera unir puntos de la Ciudad con más  movimiento. En 2008 la Presidenta anunció en Casa Rosada que se llamaría a  licitación para la ampliación del servicio, que iba a contar con siete  estaciones nuevas: hacia el norte, en Catalinas, la Torre de los Ingleses y la  terminal de Omnibus; y hacia el sur, avenida Garay, el Hospital Argerich, la  cancha de Boca y Caminito. Este proyecto jamás se concretó. Otra pasajera,  Sandra Balaguera, de 43 años, agregó: “Si llegara hasta Retiro sería otra cosa,  estaría bueno poder darle más uso”. (Clarín)
    
