02/02/12
El usuario, rehén de la política
Cuando por los altavoces del subte suena  el temido anuncio "hay pungas en la formación, cuiden sus  pertenencias", ¿hay que lamentarse o agradecer? Cuesta creer que la única  defensa ante el ataque de los ladrones sea el aviso del robo inminente; peor  aún resulta admitir que sin ese llamado de alarma el usuario estaría aún más  indefenso. Mientras la voz grave del conductor se transforma en la última  frontera entre el delincuente y la cartera de la dama o el bolsillo del  caballero, ¿qué medida conviene tomar? ¿Aferrarse a la mochila propia,  convertir a los demás en sospechosos o bajarse y huir? Que ninguna opción sea  sensata significa que a la realidad la gobierna la insensatez.  Con la noticia del retiro de los efectivos de  la Policía Federal de las estaciones de subte, la insensatez volvió a escribir  un capítulo de gloria. Si ya con la Federal en pasillos y escaleras los  célebres pungas campearon a sus anchas, ¿qué será ahora de los usuarios, sin  una protección planificada por alguna autoridad más preocupada por los  ciudadanos que por las chicanas políticas? La autodefensa ha llegado a la Red  con la página Pungas en el Subte de Buenos Aires ( www.peesba.com.ar ) y con el  grupo Terminemos con los pungas del subte en Facebook (3481 miembros). La  ausencia del Estado en una cuestión tan sensible provoca que los ciudadanos,  indignadísimos y exaltados, se organicen contra la impunidad. Creadas bajo un  grado notable de exaltación, parece difícil que esas páginas representen  opciones sensatas. Mientras tanto, los desencuentros mezquinos de los políticos  locales demuestran que el peligro de su inoperancia puede ir mucho más allá de  la insensatez. (La Nación)
    
