25/01/12
El subte a la Ciudad, razones para no perder el tren Buenos Aires
“Deseable”: una tarifa diferencial para quienes cobran planes sociales, como la AUH Solamente 24 horas pasaron desde que Mauricio Macri asegurara que desde su gestión "no tenían ningún estudio realizado respecto al tema tarifas" del subterráneo a que se anunciara, por decreto y sin convocatoria a una audiencia pública, como marca la Constitución de la ciudad de Buenos Aires en su artículo 80, el aumento del boleto a $2,50. No se realizó para la aplicación de este aumento, ninguna investigación sobre el estado en el que se encuentran las vías y su material rodante, el grado de rentabilidad del contratista ni a cuánto ascendería la inversión necesaria para prestar un buen servicio. El incremento del 127% en el valor del pasaje no distingue clases sociales y representa un drástico golpe al bolsillo. Fíjese lector: la persona que antes iba y venía de su trabajo por $66 mensuales, pasará a pagar $150 al mes de la noche a la mañana, más del doble. Ante el cuestionamiento de gran parte de la sociedad, en los últimos días desde el PRO esbozaron la idea de una segmentación del valor del boleto, a través de la posible creación de una "tarifa social", para los sectores socioeconómicos más postergados entre los usuarios. Sin embargo, más allá de la simple mención en distintos medios, no hay nada concreto aún. El gobierno nacional, en cambio comenzó a través de la implementación del SUBE y los últimos anuncios en materia de boleto a trazar herramientas que permitirán cambiar la lógica mediante la cual se brindaron subsidios en los últimos años. Es preciso eliminar las opacidades que interpone la existencia de intermediarios, beneficiando personas en lugar de empresas. Sería saludable la existencia de una tarifa diferenciada para aquellas familias que perciben la Asignación Universal por Hijo, el plan Ciudadanía porteña o tienen niveles de ingreso que amerite un apoyo económico por parte del Estado, y así evitar que el incremento se transforme en una pesada mochila sobre sus espaldas. Es importante saber que Mediante el artículo 138 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires se creó el Ente Único Regulador de los Servicios Públicos ("EURSPU"), organismo cuya reglamentación fue dispuesta por la Ley 210 y tiene como fin "ejercer el control, seguimiento y resguardo de la calidad de los servicios públicos, cuya prestación o fiscalización sea realizada por la administración central o descentralizada, o por terceros, así como el seguimiento de los servicios cuya fiscalización realice la Ciudad de Buenos Aires en forma concurrente con otras jurisdicciones, para la defensa y protección de los derechos de sus usuarios y consumidores, de la competencia y del medio ambiente". Con la finalidad de que pueda llevar a cabo su cometido, el EURSPU cuenta con numerosas funciones, entre las que puede mencionarse la de "analizar las bases de cálculo de los regímenes tarifarios" y "advertir a la autoridad competente en caso de alteración del principio de razonabilidad y justicia tarifaria, mediante resolución fundada" (artículo 3 de la Ley 210). Así las cosas, durante los días posteriores al aumento se formaron largas filas en las estaciones para adherir al petitorio que solicitaba dar marcha atrás con el aumento. El mismo fue impulsado desde la "Multisectorial por el Subte", creada para debatir qué transporte subterráneo queremos entre todos los porteños. Esta iniciativa logró sumar más de 250 mil adhesiones. Resulta inexplicable que el gobierno porteño crea que el pasajero esté dispuesto a pagar un aumento del 127% frente a la calidad de servicio que hoy brinda Metrovías, con frecuencias que cuanto menos demoran más de 3 minutos, vagones abarrotados de pasajeros, inexistencia de acceso para discapacitados en gran parte de la red, subutilización del material rodante disponible a fin de utilizar trenes enteros como proveedores de repuesto, falta de mantenimiento y deterioro de los vagones junto a escasa limpieza de las estaciones, entre otras fallas que se observan bajo tierra. Uno de los puntos que resulta inexorable a la hora de analizar el transporte subterráneo es el rol que cumple el actual concesionario. Metrovías pertenece al Grupo Roggio S.A en un 97 por ciento, y el 3 restante al ANSES, producto de las acciones de distintas empresas que pasaron a ese organismo público con motivo del proceso de estatización de las AFJP. Metrovías explota el servicio desde 1994, y desde ese entonces la calidad del mismo no destacó por su mejora mientras tan sólo en 2011 la empresa repartió dividendos por 149,4 millones de pesos. Ante este escenario, vale recordar que el actual Jefe de Gobierno prometió construir 10 kilómetros al año, tras cuatro años, tan sólo se inauguraron cuatro estaciones: Puán y Carabobo (Línea A), y Corrientes y Parque Patricios (Línea H), todas iniciadas bajo administraciones anteriores. Para ir más lejos en el abandono de la red, en la nueva conducción de la empresa pública de la ciudad, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), dueña natural de la red y a cargo de su explotación hasta el inicio de la concesión en 1994, Macri renovó el mandato de Juan Pablo Piccardo en la presidencia, famoso por su paso por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, cuando creó la tristemente célebre Unidad de Control de Espacio Público (UCEP), grupo para policial que perseguía, detenía y agredía a gente en situación de calle por la noche y a espaldas de la sociedad. A su vez, el PRO nombró en el directorio a Federico Young, ex juez seguidor de Cecilia Pando, defensora de genocidas. Como era lógico, comenzaron las persecuciones a voces disidentes y actos discriminatorios dentro de la empresa, que se tradujeron en una denuncia en el INADI contra el presidente de Piccardo. En resumen, tarifazos, promesas de obras incumplidas, connivencia con rentabilidades extralimitadas; vaciamiento del patrimonio público y hostigamiento a trabajadores. Cualquier coincidencia con lo peor de nuestro pasado reciente no es pura casualidad. Quizás los Foros convocados para las próximas semanas y meses por la "Multisectorial por el subte", con el objetivo de debatir en cada barrio de la ciudad que modelo de subte queremos, sea el punto de partida de un largo camino para lograr un servicio que nos ofrezca lo que los porteños merecemos: un transporte que nos vincule con la calidad y el costo que necesitan los trabajadores. Del debate y la participación ciudadana podrán salir opciones superadoras. (Económico)