23/01/12
La Federal podría dejar de controlar la seguridad en los subtes en 90 días
Esta  semana, un sargento de la   Policía Federal fue pasado a disponibilidad luego de que  transcendiera que en diciembre obligó a una nena de 13 años a que le practique  sexo oral en un baño. El episodio no fue en un barrio marginal: tuvo lugar en la estación Congreso  de Tucumán, del subte D, donde circulan cientos de miles de personas por día,  donde precisamente esa fuerza se encarga de la custodia.   En  los próximos meses, la seguridad en las seis líneas de subterráneos podría  complicarse aun más. Hace días, el Gobierno de la Nación y el porteño discuten  –en el marco de los trámites por el traspaso de la administración del servicio–  quién se hará cargo de vigilar las estaciones y los andenes a partir de abril.  En los próximos dos meses y medio, ambas partes –junto a Metrovías, la empresa  que tiene la concesión– deben no sólo acordar quién y cómo afrontará las  inversiones para mejorar el servicio, cómo se actualizarán las tarifas del  boleto en función de las paritarias de marzo, sino cómo se reemplazará a los  800 agentes de la   División Ferroviaria de la Policía Federal  que opera en los subtes, de no mediar un acuerdo.   El  Gobierno nacional retiró en abril de 2011 los adicionales que hacían unos 1.200  agentes en los edificios públicos porteños. Luego de que se termine  “legalmente” de cerrar el traspaso a fines de marzo, también se retiraría la  Federal, especulan los funcionarios que ya trabajan en un plan de seguridad de  emergencia.   “Es algo muy delicado y es uno de los temas  más importantes en la negociación con el Gobierno nacional para los próximos  noventa días”, confirma Juan Pablo Piccardo, presidente de Subterráneos de  Buenos Aires (Sbase), y encargado de representar a la Ciudad en las negociaciones  con el Ministerio de Planificación junto a Néstor Grindetti, titular de  Hacienda porteño.  Además de los robos y  ataques a usuarios, existe otra variable muy delicada que puede hacer peligrar  la continuidad del servicio. Hay boleterías que no podrían estar operativas sin  personal de seguridad porque mueven mucho efectivo, casi como si fueran un  banco. “Si se retira la Federal deberían cerrar muchas boleterías y la  operación del servicio se vería afectada, incluso la venta del SUBE, que es lo  que usan millones de usuarios para viajar”, observan fuentes del Ejecutivo  porteño.  Las seis líneas de subterráneos  y el premetro cuentan con 92 estaciones. El cálculo más austero supone que  debería haber un agente por cada andén, casi 200 por turno, si se consideran algunas  tareas adicionales. Así, para cubrir todo un día de servicio del subte (dos  turnos) es necesario asignar como mínimo unos 500 oficiales. Se estima que la Policía Federal  cuenta con unos 800 agentes asignados a toda la red, que más allá de vigilar los  andenes custodia las boleterías.   La raíz del problema: el Gobierno porteño  asegura tener los 2.800 agentes de la Metropolitana asignados a tareas en las  comunas en las que ya tiene presencia o en operativos especiales como el de  Florida (sólo en Microcentro ya hay 250). “Para enviar 500 efectivos al subte  tenemos que sacarlos de otro objetivo, desarmar alguna comuna, no hay otra  forma”, se quejan desde el Ministerio de Seguridad porteño y confirman que ya  estudian cómo “acolchonar” la inminente fuga de Federales de los subtes.  Aunque, en realidad, carecerán de una verdadera solución hasta diciembre,  cuando terminen de recibirse unos 800 agentes más, que podrán ser asignados a  nuevos objetivos. (Perfil)
    
